Carl Friedrich Heinrich Werner: Vista del Templo de Isis en Filé (1865);
Muzeum Narodowe w Warszawie [Museo Nacional de Varsovia] (Varsovia,
Voivodato de Mazovia, Polonia).
COMENTARIOS
DE OBRAS DE ARQUITECTURA EGIPCIA
En
el Catálogo Orientativo de Obras de Arte para las Pruebas de Acceso a la
Universidad de la Ponencia de Historia del Arte de las Universidades Andaluzas,
aparecen reseñadas las siguientes obras de arquitectura egipcia:
1. Pirámide
escalonada de Zoser; Sakkara.
2. Pirámides
de Keops, Kefrén y Micerinos; Guiza.
3. Templo
de Amón-Ra; Karnak.
4. Templo
de Amón-Min; Luxor.
5. Templo
de la Reina Hatshepsut (semispeo); Deir el-Bahari.
6. Templo
de Ramsés II (gran speo); Abu-Simbel.
No
obstante, en los juegos de exámenes de la Selectividad de Historia del Arte de
Andalucía sólo han aparecido las siguientes obras:
A. Pirámide
escalonada de Zoser; Sakkara.
B. Pirámides
de Keops, Kefrén y Micerinos; Guiza.
C. Templo
de Ramsés II (gran speo); Abu-Simbel.
Se
incluyen los comentarios de estas tres obras. Las imágenes que ilustran los
comentarios son las mismas (o muy parecidas) a las aparecidas en las pruebas.
El
modelo de comentario que se sigue en cada obra intenta ajustarse a los
criterios de corrección que se exigen en la selectividad de Andalucía.
Concretamente se especifica que serán determinantes a la hora de calificar el
empleo del vocabulario adecuado y específico, la localización (estilo, período histórico-artístico, escuela, autoría y
cronología) y la contextualización (relación de la obra artística con su
contexto histórico, social, político y religioso). Por lo demás, en el examen
los epígrafes señalan que el alumno «clasifique y comente la imagen»
________________________________________________________
Pirámide
Escalonada de Zóser, Necrópolis de Saqqara (Egipto).
COMENTARIO DE UNA OBRA DE ARTE: PIRÁMIDE
ESCALONADA DE ZÓSER
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: Pirámide de Zoser
- Autor: Imhotep.
- Cronología: 2665 - 2645 a. C.
- Período histórico: Primeras civilizaciones
o civilizaciones hidráulicas.
- Estilo: Arte Egipcio.
- Escuela: Imperio Antiguo (2.700 – 2.200
a . C.), III dinastía (2700 - 2630 a. C.).
- Localización: Necrópolis de Saqqara.
2)
ANÁLISIS
Nos encontramos
ante la vista exterior de una pirámide de enormes proporciones, bien que con
una distribución armoniosa de sus volúmenes. La obra emplea como material bloques de caliza silícea, extraídos de canteras próximas,
unidos con argamasa; el exterior se revistió con piedra
caliza, de grano fino, de un espesor medio de dos metros.
La estructura
del edificio presenta una gran simplicidad: se trata de seis troncos de
pirámides superpuestos de tamaño decreciente, sin rampas, vanos, contrafuertes
ni ningún elemento constructivo destacable. El interior es completamente
macizo, porque de otra forma peligraría la estabilidad del edificio.
La Pirámide de
Saqqara es de planta ligeramente rectangular; los lados de su base miden 121
por 109. Se eleva hasta alcanzar los 60 metros de altura.
La tumba del
faraón se encuentra bajo la pirámide, en estancias subterráneas. En concreto,
la cámara del sarcófago de Zoser se encuentra al fondo de un pozo vertical, de
28 m. de profundidad. De ella parte
un laberinto de corredores y habitaciones, en parte inacabado, sin parangón en
ninguna otra pirámide del Imperio Antiguo.
Al igual que otras pirámides, esa edificación estaba asociada
a otras construcciones de carácter funerario. En el caso que comentamos, nos
encontramos ante un monumental complejo. El conjunto arquitectónico estaba rodeado por una muralla de
piedra realzada con contrafuertes y bastiones y decorada con falsas puertas. En
su interior destaca un amplio patio, una serie de edificios con cuidadas
fachadas, pero con el interior completamente macizo y un intrincado sistema de
galerías subterráneas y almacenes. Se trataba de una imitación de la residencia
real de Menfis, bien que la original estaba realizada en adobe, madera y
materiales perecederos, mientras que el simulacro empleó la piedra como
elemento de construcción.
Saqqara forma parte de la inmensa necrópolis de Menfis, que se
extendía a lo largo de más de 30 kilómetros al oeste de la capital del imperio
y que agrupa los conjuntos funerarios (ordenados de norte a sur) de Abu Rawash, Guiza, Zauiyet el Aryan, Abu
Gorab, Abusir, Saqqara y Dashur. A veces se incluye en este conjunto, el
yacimiento de Meidum, aunque propiamente no pertenece a la necrópolis menfita.
El diseño de la
pirámide experimentó transformaciones sustanciales a lo largo de sus obras.
Primeramente se edificó una mastaba que se amplió en dos ocasiones y,
posteriormente, se alzó una pirámide escalonada sobre ella que quedó integrada
en la actual, más alta y ancha. Por tanto se distinguen cinco fases
constructivas, o más bien seis, pues se incorporaron las tumbas de la familia
real y se inició el complejo funerario.
Recordemos que
los antiguos egipcios creían en la vida de ultratumba, existencia que quedaba
garantizada si el cadáver se conservaba seguro. Se enterraba a los muertos con
ajuares funerarios para que nada les faltara en la otra vida y además se les
destinaban ofrendas. Estas creencias explican la importancia que concedieron a
sus tumbas.
En
cuanto a su interpretación religiosa, la pirámide por una parte recuerda al
túmulo, evocando la piedra o colina que emergió de las aguas primordiales, y al
mismo tiempo, presenta un simbolismo ascensional, como de escalera hacia el
cielo. Se vincula a las creencias de los sacerdotes de Heliópolis según las
cuales el faraón, a su muerte, se reunía o quizás de identificaba con la
divinidad solar Ra.
Se
comprende que el culto al Astro Rey y la veneración hacia l Faraón estaban
unidos de forma indisoluble. Cuando sobrevino la crisis religiosa que los
disoció, se extinguió la cuarta dinastía, los templos solares se construyeron
en un lugar distinto a las pirámides y éstas presentaron dimensiones cada vez
más exiguas y materiales más deleznables.
Constructivamente,
las pirámides se originan a partir de las mastabas, tumbas prismáticas en forma
de banco. De hecho la pirámide que comentamos no es otra cosa que seis mastabas
superpuestas. Posteriormente se edificaron pirámides acodadas en las que las
caras están conformadas con dos pendientes, de inclinación decreciente, y, más
tarde, se erigieron las pirámides llamadas clásicas de caras lisas y de
inclinación uniforme.
Antiguamente se
creía que las pirámides fueron levantadas por esclavos, pero hoy sabemos que se
edificaban por hombres libres, normalmente campesinos que se encontraban
desocupados en la estación de la crecida del Nilo. Esto explica que su
construcción se prolongase durante todo el reinado del faraón. Obviamente, el
monarca encargaba el monumento y destinaba grandes recursos para que la obra
llegara a buen término.
Se ha
conservado el nombre de algunos de los arquitectos de las pirámides, pero
parece que se trataba más bien del visir o primer ministro del faraón, puesto
que la organización de las obras requería tanta atención como la propia
construcción. Recordemos que los artistas en Egipto, como en el resto de
civilizaciones antiguas, se le consideraba un artesano más y carecía de toda
consideración social. El constructor de esta pirámide, Imhotep, fue visir del
faraón, sumo sacerdote de Heliópolis y escritor. Posteriormente recibió culto
como deidad de la medicina y la sabiduría.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
El arte egipcio
está dominado por la preocupación de la vida de ultratumba y por la necesidad
del culto a los dioses cuyo último descendiente es el faraón reinante. Por ello
buscan la eternidad y el colosalismo en sus realizaciones arquitectónicas y la
majestuosidad en sus imágenes mediante una serie de fórmulas fijas (frontalidad,
inmovilidad, hieratismo…). La preponderancia de lo sobrenatural y de lo
sagrado, sumado al poder absoluto del faraón, explican que el arte egipcio
rehúya la innovaciones y que evolucione muy lentamente.
El marco
geográfico del arte egipcio es el valle del Nilo. Su cronología se desarrolla
entre el 3000 y el 500 a. C., En su evolución temporal destacan las siguientes
fases:
- El Imperio
Antiguo (2.700
– 2.200 a. C.).
- El Imperio Medio
(2.000 – 1750 a . C.).
- El Imperio Nuevo
(1.550
– 1.070 a .
C.).
La civilización
egipcia tenía su base en la agricultura, por lo que su supervivencia dependía
de la crecida del Nilo. Se trataba de una sociedad fuertemente jerarquizada,
muy inmovilista y en la que el monarca, el faraón, detentaba un poder absoluto.
El arte egipcio se convirtió en un eficaz vehículo de la autoridad del faraón y
de las peculiares creencias religiosas de este pueblo.
El Imperio Antiguo (2700-2200 a.C.) se desarrolla entre la
III y la VI Dinastías. La capital se situaba en el norte, en Menfis, y los
monarcas mantuvieron un poder absoluto sobre un gobierno sólidamente unificado.
Éste había evolucionado hacia un sistema teocrático, en donde el faraón era
considerado un dios en la tierra, por lo que gozaba de un poder absoluto.
Muestra del poder real es la construcción de las grandes pirámides de Saqqara y
Gizá, obra de los faraones de la III y IV dinastía.
________________________________________________________
Vista
aérea de las Pirámides de Guiza (Guiza,
Egipto).
COMENTARIO
DE UNA OBRA DE ARTE: PIRÁMIDES DE GUIZA
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: Pirámides de Guiza.
- Autores: Desconocido.
- Cronología: 2.589 – 2.500 a. C.
- Período histórico: Primeras civilizaciones
o civilizaciones hidráulicas.
- Estilo: Arte Egipcio.
- Escuela: Imperio Antiguo (2.700 – 2.200
a . C.), IV dinastía (2630 – 2500 a. C.).
2)
ANÁLISIS
La imagen nos muestra una vista aérea de la
necrópolis de Guiza en la que destacan las tres grandes pirámides (La de
Micerinos en primer plano, la de Kefrén en el centro y la de Keops al fondo).
También se observan tres pirámides secundarias y otros enterramientos. El nombre de los arquitectos se desconoce,
bien que se ha identificado al visir o responsable de las obras de la Gran Pirámide:
Hemon o Hemiunu.
Las
pirámides principales presentan unas dimensiones colosales. La de Micerinos (en
egipcio Menkaura) se elevaba hasta los 66 metros (reducidos hoy a 61), la de
Kefrén (Jafra) se alzaba hasta los 143 metros (actualmente 136) y la de Keops
(Khufu) superaba la cota de los 146 metros (136 metros en la actualidad).
Como se observa en la fotografía, la de Kefrén
parece ser la mayor. Este efecto es debido a que se encuentra situada en un
nivel más alto de la meseta, y a que presenta un ángulo más inclinado en sus
caras. También se puede comprobar que esta pirámide conserva su cúspide,
mientras que la de Keops se ha desmoronado. Por ello, actualmente la más alta
es la pirámide de Kefrén.
Aunque
mucho menores (unos 9 metros de altura), las pirámides satélites o subsidiarias
muestran un tamaño, cuando menos, respetable. Señalar que aunque se comprueban
notables deterioros, el conjunto se mantiene en buen estado de conservación.
Según
se observa en la fotografía, las pirámides mayores y una de las subsidiarias
pertenecen al tipo denominado «clásico», con las caras lisas y una inclinación
uniforme. Las dos pirámides secundarias restantes se clasifican como
«escalonadas», presentando cuatro pisos, bien que la del extremo izquierdo ha
perdido el nivel superior. Al fondo se observan una serie de restos de
enterramientos. Se trata de mastabas,
esto es sepulturas de planta rectangular y estructura trapezoidal que
albergaban una cámara subterránea.
En
las pirámides se empleó como material de construcción bloques de piedra
esmeradamente cortados y pulidos. Se hallan colocados a hueso, esto es sin
emplear argamasa. Para el relleno se recurrió a piedra caliza extraída de la
propia meseta de Guiza. Para el recubrimiento exterior y las paredes de los pasillos
y cámaras se escogió caliza de las canteras de Tura (emplazada a unos 13
kilómetros de distancia) y con granito rosado y rojo procedente de Asuán
(situado a unos 850 kilómetros de distancia).
En
su estructura interna la pirámide de Keops alberga tres cámaras: una
subterránea a la que conduce un pasaje descendente y que quedó inconclusa; la
cámara de la reina, situada entre la base y el centro de la pirámide, y que fue
usada para guardar la figura del faraón, la sede del ka. Finalmente se llega a la cámara del Rey en la que se depositó
el sarcófago y que se halla emplazada en el corazón del monumento. Las dos
últimas cámaras están comunicadas por un corredor ascendente llamado la Gran
Galería.
La
pirámide de Kefrén presenta una distribución más sencilla, con un corredor que
desciende hacia una cámara subterránea y luego vuelve a subir para llegar a la
cámara funeraria situada en la base del monumento.
Por
su parte, la pirámide de Micerinos consta de una antecámara y de una cámara
funeraria situadas en la base de la construcción, y el correspondiente pasaje
descendente. Existe un corredor que parte de la antecámara y que se eleva hasta
el corazón de la pirámide, pero esta obra fue abandonada.
En
cuanto a su interpretación religiosa, la pirámide por una parte recuerda al
túmulo, evocando la piedra o colina que emergió de las aguas primordiales, y al
mismo tiempo, presenta un simbolismo ascensional, como de escalera hacia el
cielo. Se vincula a las creencias de los sacerdotes de Heliópolis según las
cuales el faraón, a su muerte, se reunía o quizás de identificaba con la
divinidad solar Ra. Se comprende que el culto al Astro Rey y la veneración
hacia l Faraón estaban unidos de forma indisoluble. Cuando sobrevino la crisis
religiosa que los disoció, se extinguió la cuarta dinastía, los templos solares
se construyeron en un lugar distinto a las pirámides y éstas presentaron
dimensiones cada vez más exiguas y materiales más deleznables.
Como
se observa en la imagen, las pirámides estaban acompañadas por otras construcciones:
-
Templo del Valle: Construido junto al Nilo, era
el lugar donde se recibía a la momia del faraón.
-
Calzada: Camino que comunicaba el templo del
valle con la pirámide.
-
Templo funerario: Servía para realizar rendir
culto permanente al faraón.
-
Pirámides de las reinas o pirámides
subsidiarias para los familiares del faraón.
-
Mastabas de cortesanos y altos funcionarios.
Hay que sumar la Esfinge de Guiza, montículo esculpido y cuyo
rostro parece ser el de Kefrén, las murallas que acotaban el recinto de cada
pirámide y, por último, espacios diferenciados para artesanos, constructores,
sacerdotes y el cuerpo de guardia, con sus almacenes correspondientes. La
necrópolis de Guiza, por tanto, es un conjunto arquitectónico para vivos y
muertos, con las dimensiones y el planteamiento urbanístico de una ciudad de
medianas dimensiones.
Guiza forma parte de la inmensa necrópolis de Menfis, que se
extendía a lo largo de más de 30 kilómetros al oeste de la capital del imperio
y que agrupa los conjuntos funerarios (ordenados de norte a sur) de Abu Rawash, Guiza, Zauiyet el Aryan, Abu
Gorab, Abusir, Saqqara y Dashur. A veces se incluye en este conjunto, el
yacimiento de Meidum, aunque propiamente no pertenece a la necrópolis menfita.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
El arte egipcio
está dominado por la preocupación de la vida de ultratumba y por la necesidad
del culto a los dioses cuyo último descendiente es el faraón reinante. Por ello
buscan la eternidad y el colosalismo en sus realizaciones arquitectónicas y la
majestuosidad en sus imágenes mediante una serie de fórmulas fijas
(frontalidad, inmovilidad, hieratismo…). La preponderancia de lo sobrenatural y
de lo sagrado, sumado al poder absoluto del faraón, explican que el arte
egipcio rehúya la innovaciones y que evolucione muy lentamente.
El marco
geográfico del arte egipcio es el valle del Nilo. Su cronología se desarrolla
entre el 3000 y el 500 a. C., En su evolución temporal destacan las siguientes
fases:
- El Imperio
Antiguo (2.700
– 2.200 a. C.).
- El Imperio Medio
(2.000 – 1750 a . C.).
- El Imperio Nuevo
(1.550
– 1.070 a .
C.).
La civilización
egipcia tenía su base en la agricultura, por lo que su supervivencia dependía
de la crecida del Nilo. Se trataba de una sociedad fuertemente jerarquizada,
muy inmovilista y en la que el monarca, el faraón, detentaba un poder absoluto.
El arte egipcio se convirtió en un eficaz vehículo de la autoridad del faraón y
de las peculiares creencias religiosas de este pueblo.
________________________________________________________
Fachada del Gran
Speo de Abu Simbel (Abu Simbel, Nubia).
COMENTARIO DE UNA OBRA DE ARTE: EL GRAN SPEO DE
ABU SIMBEL
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: Gran Speo de Abu Simbel
- Autor: Desconocido.
- Cronología: 1244 a. C.
- Período histórico: Imperio Nuevo (1.550 – 1.070
a . C.), XI dinastía
(1295 – 1186 a. C.).
- Estilo: Arquitectura Egipcia.
- Escuela: Imperio Nuevo ((1.550 - 1070 a . C.)
- Localización: Abu Simbel, Nubia (Sur
de Egipto).
2)
ANÁLISIS
Nos encontramos
ante la fachada de un templo egipcio. Se trata de una obra de enorme
dimensiones, bien que con una cuidada disposición de sus volúmenes. Aunque se
observa importantes deterioros, el estado de conservación se puede considerar
como muy bueno.
La fachada se
encuentra rehundida en el frente de un acantilado, lo que revela que no se
edificó, sino que se esculpió directamente en la roca, de tal forma que su
material constructivo más que piedra, es realmente hueco. Este tipo de
arquitectura se conoce como «arquitectura rupestre» o «arquitectura
troglodítica» y se considera una combinación de arquitectura y de escultura,
tanto en su planteamiento como en su técnica.
Así no se añaden elementos, sino que se excavan o retiran, de forma
semejante a como trabaja un escultor. Igualmente, y a diferencia de las técnicas
constructivas usuales, la obra se empieza desde la cúspide y se progresa hasta
el suelo.
Conviene
recordar que estos monumentos, como todas las obras de la antigüedad, se
cubrían con un enlucido y se policromaban con vivos colores.
La obra forma
parte del conjunto de siete templos erigidos en Nubia, al sur de Egipto, entre
la primera y la segunda catarata de Nilo. Este territorio se encontraba en la
frontera meridional de los dominios del faraón y se cree que, aparte de
motivaciones religiosas, el propósito del templo era impresionar a las tribus
rebeldes y reforzar la influencia egipcia en la región. Se sabe que fue mandada
construir por el faraón Ramsés II, de la XIX dinastía, tal vez como
conmemoración de su triunfo en la batalla de Kadesh. En su construcción se
siguió el esquema de los speos o templos enteramente subterráneos. Consta que
las obras se prolongaron durante veinte años (1264 – 1244 a. C.). El devastador
terremoto de 1210 a. C. es el responsable del derribo de unos de sus colosos.
La fachada reproduce, en parte, el frontispicio de los
templos egipcios. Sus dimensiones son 33 metros de altura por
38 metros de ancho. Los cuatro colosos (unos 20 metros de altura) representan a
Ramsés II, sentado en un trono con la doble corona del Alto y Bajo Egipto.
A los pies de estas efigies hay otras estatuas, de mucha menor altura, que
representan a su esposa favorita Nefertari,
la reina madre Tuya y a parte de la numerosa descendencia del faraón.
Entre
los colosos se abre una monumental entrada adintelada. Por encima de ella se abrió una gran
hornacina con la estatua erguida de Ra-Horajti, deidad solar con cabeza de
halcón. Esta imagen se halla flanqueada por dos efigies, en bajorrelieve, que
muestran a Ramsés II en actitud orante. Por último, a manera de cornisa, la
fachada está coronada por dos frisos de jeroglíficos y una hilera de 22 babuinos.
La parte interior del templo presenta, igualmente, una
disposición similar a la de los templos, con habitaciones de
tamaño decreciente a medida que se acercan al santuario. Estas estancias son la
sala hipóstila, el vestíbulo, la sala de las ofrendas y el santuario.
En
la sala hipóstila destacan los ocho grandes
pilares osiriacos y los bajorrelieves dedicados a las campañas militares
desarrolladas durante el reinado de Ramsés II. Las más conocidas son las
escenas referidas a la batalla de Qadesh, librada junto al río Orontes en Siria. En este histórico combate el faraón derrotó a
los hititas. Otros relieves muestran triunfos sobre los libios y los
nubios.
A
continuación se dispuso una segunda sala, el vestíbulo, con cuatro pilares
decorados con imágenes en relieve de distintos dioses. Esta sala se comunica a
través de tres puertas con una angosta estancia que servía de sala de ofrendas.
Mediante otras tres puertas, alineadas con las anteriores, se accede a dos
reducidas capillas y al santuario o sancta
sanctorum, emplazado en el eje longitudinal del monumento, Allí se
encuentran las esculturas talladas en la roca de cuatro figuras sentadas:
Ra-Horajti, el deificado Ramsés, y los dioses Amón y Ptah. Se comprende que
estas deidades, y el propio Ramsés, eran los titulares del templo.
El
templo fue construido con tal orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero,
al amanecer, los rayos del sol
naciente cruzaban la puerta, la sala hipóstila, el vestíbulo y llegaba al
santuario, iluminando durante unos minutos a las estatuas sedentes,
excepto la efigie del dios Ptah, dios vinculado a las tinieblas.
Por
último, existen una serie de alargadas estancias laterales, a las que se accede
desde la sala hipóstila. A la derecha se encuentran cuatro habitaciones y a la
izquierda solamente dos, pues la obra quedó inconclusa. Se supone que estas
salas sirvieron como habitaciones auxiliares del templo, como depósitos de los
objetos del culto. Con todo, algunos especialistas creen que pudieron servir de
capillas.
La obra que comentamos estaba asociado a
otro speo con el que formaba un complejo. Esta segunda obra es conocida como «el templo menor» porque sus proporciones son más reducidas y su distribución
interior resulta más sencilla. Está dedicado a la diosa Hathor y a Nefertari, la esposa favorita de Ramsés.
Se desconoce cuando estos monumentos fueron abandonados. Su
excelente estado de conservación se debe a que la arena acabó por cubrirlos en
su mayor parte. Abu Simbel quedó completamente olvidado hasta que en 1813 el
suizo Johann Ludwig Burckhardt lo descubrió. Cuatro años más tarde el
explorador italiano Giovanni Belzoni despejó la entrada y pudo
acceder al interior. Con todo, las célebres acuarelas del pintor escocés David
Roberts muestran que en 1838 el templo continuaba prácticamente sepultado bajo
la arena.
Como es conocido,
estos templos fueron desmontados y reconstruidos entre 1964 y 1968 en un nuevo
emplazamiento para que no quedara sumergido bajo las aguas de la presa de
Asuán. La nueva ubicación se situaba a unos 210 metros más allá del río y 65 metros más arriba respecto al solar original.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
El arte egipcio
está dominado por la preocupación de la vida de ultratumba y por la necesidad
del culto a los dioses cuyo último descendiente es el faraón reinante. Por ello
buscan la eternidad y el colosalismo en sus realizaciones arquitectónicas y la
majestuosidad en sus imágenes mediante una serie de fórmulas fijas
(frontalidad, inmovilidad, hieratismo…). La preponderancia de lo sobrenatural y
de lo sagrado, sumado al poder absoluto del faraón, explican que el arte
egipcio rehúya la innovaciones y que evolucione muy lentamente.
El marco
geográfico del arte egipcio es el valle del Nilo. Su cronología se desarrolla
entre el 3000 y el 500 a. C., En su evolución temporal destacan las siguientes
fases:
- El Imperio
Antiguo (2.700
– 2.200 a. C.).
- El Imperio Medio
(2.000 – 1750 a . C.).
- El Imperio Nuevo
(1.550
– 1.070 a .
C.).
La civilización
egipcia tenía su base en la agricultura, por lo que su supervivencia dependía
de la crecida del Nilo. Se trataba de una sociedad fuertemente jerarquizada,
muy inmovilista y en la que el monarca, el faraón, detentaba un poder absoluto.
El arte egipcio se convirtió en un eficaz vehículo de la autoridad del faraón y
de las peculiares creencias religiosas de este pueblo.
En el Imperio
Nuevo (1.550
– 1.070 a .
C.) Egipto rompe su aislamiento
tradicional y mantiene una activa política exterior que le hace llevar sus
fronteras hasta Nubia y Siria. Es el periodo de construcción de los grandes templos de Luxor y Karnak en Tebas.
En el devenir de este período destaca la figura del faraón Amenofis IV – Akenatón, que intentará
cambiar la religión politeísta por un culto monoteísta al dios Atón. Esta revolución religiosa
careció de continuidad y sus sucesores reinstauraron los dioses y rituales
tradicionales.
________________________________________________________
La pintura que preside esta serie de comentarios es Vista del Templo de Isis en Filé del
alemán Carl Friedrich Heinrich Werner. Se trata de una acuarela sobre cartón
pintada en 1865. A no dudar se trata de una vista tomada del natural. Las
medidas de esta pintura son 37.2 × 64.3 cm.
La acuarela se
encuentra firmada y fechada en el extremo inferior derecho: C.Werner. Philae 21 Jan. 1865.
La obra pertenece
a la colección del Muzeum Narodowe w Warszawie
[Museo Nacional de Varsovia] (Varsovia, Voivodato de Mazovia Polonia).
Consta que entre 1880 y 1945 figuró entre los fondos del desaparecido
Schlesisches Museum der bildenden Künste (Museo de Bellas Artes de Silesia) de
Breslau / Breslavia, cuando esta ciudad pertenecía a la Silesia Alemana (rebautizada
como Alta Silesia entre 1919 y 1938). Tras la Segunda Guerra Mundial, la región
pasó a Polonia y la ciudad fue rebautizada como Wroclaw. Por su parte, el museo
había sido completamente arruinado en el asedio de la ciudad en 1945 por las
tropas soviéticas. Al año siguiente el cuadro pasó a la colección del Museo
Nacional de Varsovia, donde actualmente se conserva.
La imagen procede
de la Wikipedia:
La historia de la
pintura procede del catálogo virtual del museo:
___________________________________________________
La
imagen de la Pirámide de Zoser procede de la página siguiente:
La
imagen de las Pirámides de Guiza procede de la página siguiente:
La
fotografía de Abu Simbel presenta la siguiente procedencia:
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