John Constable: Stonehenge (1835);
The Victoria and Albert Museum, National Museum of Art
and Design (Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido).
COMENTARIOS DE OBRAS DEL ARTE PREHISTÓRICO
En los juegos de
exámenes de la Selectividad de Historia del Arte de Andalucía han aparecido las
siguientes obras:
-
El Gran Techo de la Cueva de Altamira.
-
El Bisonte de la Cueva de Altamira.
-
Cacería de ciervos en el Barranco de La
Valltorta.
Incluimos además el Conjunto
Megalítico de Stonehenge, por considerar que cuenta con posibilidades de ser
escogida en futuras pruebas de las pruebas de acceso a las universidades
andaluzas.
Las imágenes que
ilustran los comentarios son las mismas (o muy parecidas) a las aparecidas en
las pruebas. En el caso de Stonehenge hemos escogido la vista más habitual, en
concreto una fotografía similar a la que aparece en el manual de Jesús Palomero
Páramo (libro que ha suministrado imágenes para los exámenes de la selectividad
andaluza en numerosas ocasiones).
El modelo de comentario
que se sigue en cada obra intenta ajustarse a los criterios de corrección que
se exigen en la selectividad de Andalucía. Concretamente se especifica que
serán determinantes a la hora de calificar el empleo del vocabulario adecuado y
específico, la localización (estilo, período
histórico-artístico, escuela, autoría y cronología) y la contextualización (relación
de la obra artística con su contexto histórico, social, político y religioso).
Por lo demás, en el examen los epígrafes señalan que el alumno «clasifique y
comente la imagen»
________________________________________________________
El Gran Techo
de la Cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria, España).
COMENTARIO DE UNA
OBRA DE ARTE:
EL GRAN TECHO DE LA CUEVA DE ALTAMIRA.
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: El Gran Techo de la
Cueva de la Pintura.
- Autor: desconocido.
- Cronología: c. 15.000 – 12.000 a.
C.
- Período histórico: Paleolítico Superior.
- Estilo: Pintura rupestre
prehistórica.
- Escuela: Franco-cantábrica.
- Localización: Cueva de Altamira,
Santillana del Mar, Cantabria, España.
2)
ANÁLISIS
La imagen nos muestra
una pintura rupestre. El soporte es la
propia roca de la cueva. Los colores son
pigmentos minerales aplicados con los dedos y con rudimentarios pinceles.
Se trata de una representación en la que predomina la línea
sobre el color, con una paleta reducida al rojo, el ocre y el negro. Se aplica con
distinta intensidad en el cuerpo del animal, indicando así de forma sumaria el
volumen. Las protuberancias de la pared ayudan a dar esa impresión de
corporeidad. No existe indicación de perspectiva o de paisaje y las
figuras parecen flotar libremente en el espacio, Tal vez el solapamiento de
distinta figuras puede ser interpretado como un deseo de mostrar la distancia,
pero esta tesis no puede asegurarse.
Este conjunto pictórico es conocido como
«el Gran Techo de la Cueva de Altamira» o bien «El Techo de los Polícromos» y
se encuentra en la Gran Sala de la Cueva de Altamira. Esta cueva tiene una
longitud de 270 metros desde la entrada hasta su extremo final. Se distinguen
tres zonas:
a)
La sala inmediata a la entrada. Se cree que sirvió de
vivienda para el hombre prehistórico.
b)
La sala de las pinturas polícromas, que las comunidades del
Paleolítico convirtieron en santuario.
c)
El resto de las salas y corredores de la cueva.
Hay que recordar que existen grabados y
pinturas en todos los sectores señalados pero el mejor exponente es la bóveda
natural de esa extraordinaria sala de 18 metros de largo por 9 metros de ancho.
En la bóveda se llegan a contar 16 bisontes en muy diversas posturas (de pie,
agachados, sin cabeza; saltando, en movimiento o quietos, con la cabeza vuelta,
etc.) Otros animales (caballos,
jabalíes) acompañan a los bisontes, siendo digna de destacar por su tamaño una
soberbia cierva de 2,25 metros.
Para poder realizar los trabajos de la Gran
Sala, y por supuesto los del interior, la luz natural era insuficiente por lo
que el autor o autores tuvieron que utilizar luz artificial, probablemente
lámparas alimentadas por tuétano.
La existencia de figuras que se superponen hizo
pensar que la decoración de la cueva se realizó en varias etapas y por artistas
de distintas tribus. Por tanto, los autores de estas imágenes rectificaban u
ocultaban las realizaciones de los anteriores ocupantes. No obstante, se ha
comprobado que el solapamiento es una forma de composición de la pintura
prehistórica, pues se ha demostrado que las figuras encubiertas y las
encubridoras son obra de los mismos pintores.
Según la comparación con otras pinturas, y mediante
la ayuda del carbono 14, las pinturas de Altamira pertenecen al período
Magdaleniense III y su datación puede fijarse entre los 15.000 y 12.000 a.C.
Cómo en el resto del arte paleolítico, el significado de
estas creaciones artísticas sigue sin aclarar, bien que se han propuestos
diversas teorías. Las más conocidas son las siguientes:
La teoría de la magia simpática y la
fecundidad supone la existencia de motivaciones de tipo mágico encaminadas a
propiciar la caza y a asegurar la fertilidad de la especie representada, en
paralelo con las creencias de los pueblos actuales considerados como
«primitivos».
Otra hipótesis, la estructuralista, señala
que arte paleolítico tiene una organización interna pensada en función de un
simbolismo metafísico y por ello las cuevas son santuarios que recogen un
sistema religioso, basado en un complejo
dispositivo iconográfico, en el que la simbología de elementos sexuales
opuestos organizaba el mundo ideológico y las creencias del hombre
prehistórico.
Una tercera teoría, la de la neuropsicología y el chamanismo, sugiere
que las pinturas y grabados representan aquellas visiones que se
alcanzan en estados de vigilia o sueños reales. Según esta teoría esos estados
alterados se pueden alcanzar con drogas y técnicas usadas por los chamanes (el
llamado «éxtasis chamánico»). Esta tesis recurre de nuevo al paralelismo
etnográfico.
Respecto a la historia del yacimiento, la conservación
de las pinturas y grabados se debe a un derrumbamiento que selló la entrada
hace uno 13.000 años. Permanecieron ocultas, hasta su descubrimiento casual en
1868, bien que hubo que esperar a 1879 para que el erudito santanderino
Marcelino de Sanz y Sautuola las explorara en profundidad y descubriera sus
pinturas. En 1880 Sautuola publicó un folleto titulado: Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de
Santander, en el que sostenía el carácter prehistórico de dichas pinturas.
La comunidad científica acogió el
descubrimiento con desconfianza. Esa
desconfianza se convertirá en escepticismo. Después, en hostilidad. Ante este
muro de rechazo de poco le sirvieron a Sautuola los escasos apoyos que recibió.
Su defensor principal fue Juan Vilanova y Piera, uno de los primeros
prehistoriadores de nuestro país.
El escepticismo se volvió reconocimiento
y defensa cuando empezaron a aparecer, entre 1883 y 1901, otras pinturas
rupestres en La Mouthe, Les Combarelles o Font de Gaume. Con todo, la
desconfianza no se tornó en aceptación total por la comunidad científica cuando,
ante el peso de las evidencias, Émile Cartailhac en 1902 publicó el famoso artículo Mea culpa d’un sceptique y visitaba ese mismo año la cueva.
En 1917 se abrió la cueva al público en
general. A partir de ese momento se irían incrementando las visitas, pero
durante los años de las décadas de 1960 y 1970, las numerosas personas que
accedieron a la cueva hicieron peligrar su microclima y
la conservación de las pinturas. Entre 1977 y 1982 y entre 2002 y 2014 la
cueva ha permanecido cerrada al público, y en la actualidad el acceso resulta
muy restringido.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
En Europa
se encuentran dos manifestaciones o escuelas de pintura rupestre prehistórica:
la franco-cantábrica y la levantina. Se trata de estilos muy distintos entre
sí, desarrollados en épocas y territorios distintos y sin ninguna conexión
entre ambos.
Los principales
testimonios de la pintura de las cuevas franco-cantábricas se encuentran en la
cornisa cantábrica y en el suroeste de Francia. Estas pinturas se realizaron en
las cuevas, casi siempre en el interior y en muchas ocasiones en lugares de
difícil acceso.
Estas pinturas
se datan en la última fase del Paleolítico, (35.000 a.C. y el 8.500 a. C.),
denominada Paleolítico Superior. En esta etapa, el Homo sapiens, se impuso sobre el hombre
de Neanderthal y el resto de especies de homínidos que aún perduraban.
La humanidad
prehistórica vivía de una economía depredadora sustentada en la caza, la pesca
y la recolección. Se organizaba en tribus y carecía de toda diferenciación
social. Estos grupos llevan una existencia errante
siguiendo las migraciones de los animales, maduración de los frutos y otros
ciclos de ritmo estacional. Los enterramientos
revelan la creencia en un mundo de ultratumba.
Posiblemente
mantuvieran una concepción animista del mundo (creencia en que todos los seres
y objetos de la naturaleza poseen alma) como ocurre en los pueblos primitivos
actuales.
El artista debió ser un cazador más, con
buenas dotes de observación y especialmente dotado para la pintura, o tal vez
el arte entraba dentro de las atribuciones de chamán, el hechicero de la tribu.
En cualquier caso estas manifestaciones debieron ser muy importantes para estas
sociedades, pues se realizaron en condiciones muy difíciles y empleando
recursos de los que no se encontraban muy sobrados.
________________________________________________________
Bisonte de la
Cueva de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria, España).
COMENTARIO DE UNA
OBRA DE ARTE: BISONTE DE LA CUEVA DE ALTAMIRA
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: Bisonte de la cueva de
Altamira.
- Autor: desconocido.
- Cronología: c. 15.000 – 12.000 a.
C.
- Período histórico: Paleolítico Superior.
- Estilo: Pintura rupestre
prehistórica.
- Escuela: Franco-cantábrica.
- Localización: Cueva de Altamira,
Santillana del Mar, Cantabria, España.
2)
ANÁLISIS
La imagen nos muestra
una pintura rupestre. El soporte es la
propia roca de la cueva. Los colores son
pigmentos minerales aplicados con los dedos y con rudimentarios pinceles.
Se trata de una representación en la que predomina la línea
sobre el color, con una paleta reducida al rojo, el ocre y el negro. Se aplica con
distinta intensidad en el cuerpo del animal, indicando así de forma sumaria el
volumen. Las protuberancias de la pared ayudan a dar esa impresión de
corporeidad. La figura se presenta de perfil
absoluto y totalmente inmóvil.
No existe indicación de perspectiva o de paisaje. El bisonte parece flotar libremente en el
espacio.
Se trata del llamado bisonte de pie, el
Bisonte de Altamira por antonomasia, del conjunto de dieciséis figuras de este
animal que se hallan pintado en el techo de la Gran Sala de esta cueva.
En la imagen que comentamos se puede constatar
el avanzado momento de realización de las figuras de Altamira. En efecto, en
las etapas más primitivas el animal es pintado con un contorno cerrado y con
una sola pata por par, mientras que en la etapa en la que fue realizada la
figura (el Magdaleniense) ya aparecen dibujadas las cuatro patas.
La interpretación de estas pinturas resulta todavía
incierta. Las interpretaciones más conocidas son las siguientes:
-
La de magia simpática: la representación de un
animal propiciaba su fecundidad o el éxito en su captura.
-
La de la dualidad de sexos: algunos
investigadores buscan pautas en la disposición de los animales y creen
encontrar un simbolismo binario en el que los équidos y los bóvidos,
conformarían, respectivamente, lo masculino y lo femenino.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
En Europa
se encuentran dos manifestaciones o escuelas de pintura rupestre prehistórica:
la franco-cantábrica y la levantina. Se trata de estilos muy distintos entre
sí, desarrollados en épocas y territorios distintos y sin ninguna conexión entre
ambos.
Los principales
testimonios de la pintura de las cuevas franco-cantábricas se encuentran en la
cornisa cantábrica y en el suroeste de Francia. Estas pinturas se realizaron en
las cuevas, casi siempre en el interior y en muchas ocasiones en lugares de
difícil acceso.
Estas
pinturas se datan en la última fase del Paleolítico, entre el año 35.000 a.C. y
el 8.500 a. C., denominada Paleolítico Superior. En esta etapa, el Homo sapiens, se impuso sobre el hombre
de Neanderthal y el resto de especies de homínidos que aún perduraban.
La humanidad
prehistórica vivía de una economía depredadora sustentada en la caza, la pesca
y la recolección. Se organizaba en tribus y carecía de toda diferenciación
social. Estos grupos llevan una existencia errante siguiendo
las migraciones de los animales, maduración de los frutos y otros ciclos de
ritmo estacional. Los enterramientos revelan
la creencia en un mundo de ultratumba. Posiblemente mantuvieran una concepción
animista del mundo (creencia en que todos los seres y objetos de la naturaleza
poseen alma) como ocurre en los pueblos primitivos actuales.
El artista debió ser un cazador más, con
buenas dotes de observación y especialmente dotado para la pintura, o tal vez
el arte entraba dentro de las atribuciones de chamán, el hechicero de la tribu.
En cualquier caso estas manifestaciones debieron ser muy importantes para estas
sociedades, pues se realizaron en condiciones muy difíciles y empleando
recursos de los que no se encontraban muy sobrados.
________________________________________________________
Cacería de
Ciervos de la Cueva de los Caballos del Barranco de la Valltorta (Tirig,
Castellón, Comunidad Valenciana, España).
COMENTARIO DE UNA
OBRA DE ARTE:
CACERÍA DE CIERVOS EN EL BARRANCO DE LA VALLTORTA
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: Cacería de ciervos en
el Barranco de La Valltorta.
- Autor: Desconocido.
- Cronología: 9.000 – 6.000 a.C.
- Período histórico: Mesolítico.
- Estilo: Pintura rupestre prehistórica.
- Escuela: Pintura Levantina.
- Localización: Cueva de los Caballos,
Barranco de la Valltorta, Tirig, Castellón (España).
2)
ANÁLISIS
La imagen nos muestra
una pintura rupestre. El soporte es la
propia roca de la cueva. Los colores son
pigmentos minerales aplicados con plumas o rudimentarios pinceles. Se trata de
una representación en la que no se puede afirmar el predominio de la línea o
del color, puesto que las figuras son monocromas.
La tonalidad escogida es un rojo conocido como bermellón o almagre. Al aplicarse los colores de forma plana, no
se indica el volumen y faltan también indicaciones de perspectiva o paisaje,
bien que existe un sentido de la composición, con cierto carácter narrativo.
Igualmente el artista se preocupó por mostrar el movimiento de las figuras.
Los cazadores aparecen ejecutados de una forma esquemática y
desproporcionada, pero dotados de cierta expresividad, y sobre todo, de sentido
del movimiento, como queda dicho. En comparación, los animales aparecen en
posiciones más estáticas, bien que dotadas de un mayor naturalismo que las
figuras humanas.
Respecto a la interpretación de estas pinturas se cree que tendrían un
sentido mágico o religioso, y en cierta manera, conmemorativo. Las escenas
serían una especie de exvotos, esto es una ofrenda o recordatorio de un favor
de los dioses o de un hecho relevante para la tribu.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
En Europa
se encuentran dos manifestaciones o escuelas de pintura rupestre prehistórica:
la franco-cantábrica y la levantina. Se trata de estilos muy distintos entre
sí, desarrollados en épocas y territorios distintos y sin ninguna conexión
entre ambos.
La denominación de arte levantino hace referencia al territorio por el que se extiende, ya
que la mayoría de los yacimientos se concentran en el este de la Península
Ibérica. Se desarrolló en el período denominado Mesolítico, que marca la
transición entre el Paleolítico y el Neolítico. Su cronología se establece
entre el 9.000 y el 6.000 a C, aunque la datación de estas pinturas es un
asunto muy controvertido. De hecho, algunos investigadores creen que este arte
se produjo ya en el Neolítico, o al que menos se prolongó hasta esta etapa.
Las
pinturas levantinas se realizan en abrigos, oquedades naturales de escasa
profundidad, emplazadas en barrancos y áreas rocosas.
En el
Mesolítico, los grupos humanos comienzan un proceso de sedentarización
estacional basado en la recolección de frutos, vegetales y moluscos marinos, la
caza se reduce a las aves y pequeños mamíferos (caza menor).
Lo poco que
se sabe sobre su organización social lo conocemos gracias a las pinturas. En
ella se representa una sociedad con cierto nivel de organización, en la que se
distinguen guerreros, jefes, sacerdotes y sacerdotisas. Aunque los varones
ocupan el papel principal, se comprueba que las mujeres desempeñan un puesto
relevante en la estructura de estas comunidades.
Se
considera que la religión de estas comunidades se centraba en la adoración de
las fuerzas de la naturaleza, sobre todos las que garantizan la fecundidad.
Estas creencias justificarían la importancia dada a la ejecución de rituales,
como la danza, o la propia realización de estas pinturas.
________________________________________________________
Conjunto
Megalítico de Stonegenge (Amesbury, Condado de Wiltshire, Inglaterra, Reino
Unido.).
COMENTARIO DE UNA
OBRA DE ARTE: CONJUNTO MEGALÍTICO DE STONEHENGE.
1)
IDENTIFICACIÓN
- Título de la obra: Conjunto Megalítico de
Stonehenge.
- Autores: desconocidos.
- Cronología: c. 3.000 – 1.600 a. C.
- Período histórico: Entre el Neolítico y la
Edad del Bronce.
- Estilo: Arquitectura Megalítica..
- Escuela: Franco-cantábrica.
- Localización: Llanura de Salisbury,
cerca de Amesbury, condado de Wiltshire, Inglaterra.
2)
ANÁLISIS
Stonehenge es el
monumento más representativo de la arquitectura megalítica. Como en el resto
del arte prehistórico, no existió una voluntad de dejar constancia de sus
autores o responsables de la construcción.
Stonehenge está
compuesto por varios recintos de forma circular formados por enormes monolitos
sin desbastar. Existe un círculo de menhires (pieza pétrea hincada verticalmente en el suelo) y otros dos
de trilitos (estructura una piedra en horizontal a manera de dintel y dos en
vertical, conocidos como ortostatos, como postes. En uno de estos anillos, el
interior, los trilitos se dispusieron aislados, mientras que en el exterior se
alzaron de forma continua, de tal forma que cada ortostato soportara dos
dinteles. No se empleó argamasa, ni ningún otro material de agarre. Para
ensamblar las piedras se recurrió a técnicas propias de la ebanistería. Así en
la cara superior de los ortostastos se dispuso un saliente que encaja con un
agujero del dintel, de forma idéntica a las junturas de mortaja y espiga.
Entre las cuestiones
que Stonehenge plantea, la primera es su clasificación. Para algunos
arqueólogos es un crómlech, esto es un monumento formado por piedras clavadas en el suelo y que adoptan una
forma circular o elíptica, cercando un terreno, pudiendo formar uno
o varios recintos. Pero el resto de crómlechs
conservados están compuestos por menhires. Otros especialistas prefieren
clasificarlo como henge, término que
designa un recinto circular u ovalada realizada mediante zanjas y terraplenes.
De nuevo, esta terminología no acaba de ajustarse a Stonehenge, pues,
efectivamente, el monumento presenta fosos y bancales, pero a diferencia del
resto de henges, existe una
estructura arquitectónica en su interior.
Se puede considerar, por tanto, que
Stonehenge es un monumento único que combina varias de las tipologías de la
arquitectura megalítica. Igualmente, hay que reservarle un puesto aparte dentro
del acervo de las obras de la arquitectura prehistórico por el colosalismo de
su escala y por la complejidad de su estructura.
En la construcción de Stonehenge se
emplearon dos tipos de piedra distintos: bloques de arenisca, denominados
«sarsen» y monolitos de diabasa, conocidas como «bluestones» («piedras
azules»), procedentes de canteras distintas. Estos afloramientos rocosos se
encuentran a considerable distancia de Stonehenge.
Las herramientas que debieron emplear en la
cantera debieron ser, con toda probabilidad de piedra, pues la metalurgia del
cobre y del bronce se hallaba en sus comienzos y se destinaba, además para las
armas y objetos de gran valor. Se supone que la mayor parte de la labra de los
bloques se realizó en la cantera, realizándose algunos retoques en el momento
de colocar las piedras.
El transporte es la fase que plantea más
problemas para los historiadores. Desechada la navegación fluvial, se supone
que recurrieron a mover las rocas con cuerdas, rodillos, toscos raíles y rampas
de tierra cuando había que salvar desniveles. Como fuerza de tracción se
debieron utilizar bueyes.
Otro de los aspectos más debatido de
Stonehenge es su finalidad. Actualmente existe cierto consenso en considerarlo
como un santuario que combinaría un culto a los antepasados (se han hallado
enterramientos de 240 personas distintas) con la veneración de alguna deidad o
deidades de carácter estacional o solar. El culto a esta divinidad (o
divinidades) explicaría el empleo del monumento como calendario para calcular
equinoccios, solsticios y eclipses. La existencia de una avenida, las
alineaciones astronómicas y la magnitud del monumento señalan, a no dudar, que
la obra que analizamos se convertiría en centro de peregrinación multitudinaria
en algún momento o época del año.
De
todas formas, debe tenerse en cuenta que en el milenio y medio en el que se
extendió su construcción, debieron producirse cambios en el planteamiento de la
edificación y transformaciones en la naturaleza del culto que se tributaba.
Parece lógico que distintos pueblos o confederaciones de tribus se sucedieran,
de forma pacífica o mediante la guerra, en la dirección de las obras. Como,
además, parte de los bloques han desaparecido al ser reaprovechados en épocas
posteriores, queda por aclarar si el monumento pudo completarse o quedó
inconcluso.
3)
CONTEXTUALIZACIÓN
En la
Europa Occidental y a mediados del quinto milenio antes de Cristo, se inicia la
arquitectura llamada megalítica (término que procede de las palabras griegas mega (μεγας), grande y lithos (λιθος). Su aparición coincide con el ocaso del
Neolítico y la difusión de la metalurgia.
La magnitud de estas obras implica una
religión desarrollada y una estructura social compleja, ya que exige trabajo
coordinado y una autoridad que regule la vida colectiva. Se supone que las
sociedades que lo construyen fueron más o menos igualitarias; esto es, que
aunque contasen con jefes y sacerdotes, no presentaban la férrea
estratificación social de la mayor parte de las civilizaciones de la Antigüedad. Se
impuso una actividad económica que contaba ya con la especialización del
trabajo; la producción, acumulación y comercio de excedentes y el
establecimiento de rutas de intercambio de bienes, algunas de ellas de larga
distancia.
A las civilizaciones
de esta etapa que presentan rasgos propios de la historia (dinastías,
guerras...) pero que aún no cuentan con la escritura y la vida urbana son
consideradas como protohistóricas, esto es, emplazadas en una fase de
transición entre la prehistoria y el tiempo considerado como histórico.
Aunque
podemos encontrar construcciones realizadas con grandes bloques de piedra por
todo el mundo, en sentido estricto se considera megalitismo al
fenómeno cultural focalizado en la Europa atlántica,
iniciado en los finales del Neolítico,
como queda dicho, y que
perdura hasta la llegada de la Edad del Hierro (en torno al
1200 – 1000 a .C.).
El Megalitismo guarda
vínculos con la arquitectura ciclópea de las Baleares, Córcega, Cerdeña, Malta
y el Egeo, pero estas construcciones mediterráneas deben ser estudiadas en una
dinámica cultural diferente.
Su
dispersión geográfica y su amplísimo desarrollo temporal señalan que estas
obras fueron erigidas por pueblos diversos que mantendrían contactos
comerciales entre sí, sin que se pueda hablar de una raza, civilización o
espiritualidad que unifique este fenómeno. Hoy en día se interpreta el
megalitismo como un fenómeno plural, poligenista, que surgió en diferentes
sitios a la vez (o en distintas épocas) sin que necesariamente tuviera que
existir entre ellos una relación directa.
________________________________________________________
La pintura
que hemos escogido como emblema es Stonehenge
de John Constable. Se trata de una acuarela pintada en 1835. A no dudar se
trata de una vista tomada del natural. Las medidas de esta pintura son 38,7cm x
59,7 cm.
Esta
acuarela fue expuesta en la Exposición de Verano de la Royal Academy of Arts de
1836. En 1888 ingresó en las colecciones de The Victoria and
Albert Museum, National Museum of Art and Design (Londres, Gran Londres, Inglaterra, Reino Unido), cuando
esta institución se denominaba South Kensington Museum. Entró como donación, con otras muchas obras del
pintor, como donación de la hija del pintor, Isabel Constable, bien que ésta hizo
constar que era un regalo suyo y de sus hermanos Maria Louisa Constable y
Lionel Bicknell Constable.
La imagen procede de la Wikipedia:
Los datos y la historia de la pintura proceden del catálogo virtual del
museo:
________________________________________________________
La imagen
del Gran Techo de la Cueva de Altamira procede de la página siguiente:
La imagen
del Bisonte de Altamira procede de la Wikipedia:
La imagen
de la cacería de ciervos de la Cueva de los Caballos del Barranco de la
Valltorta es un escaneo del manual de Historia del Arte de Jesús Palomero
Páramo.
La
fotografía de Stonehenge presenta la siguiente procedencia:
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