viernes, 12 de junio de 2020

Tema 5: Las regiones biogeográficas


TEMA 5: LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS
 
1)              Factores de la diversidad geográfica y regiones biogeográficas

1.1    Factores de la diversidad geográfica
a)     El clima
b)    La situación de la España peninsular e insular
c)     El relieve
d)     Los suelos
e)     La acción antrópica

1.2   Regiones biogeográficas
a)     La región eurosiberiana
b)    La región mediterránea
c)     La región macaronésica

2)              Formaciones vegetales de la España peninsular e insular
a)     Paisaje vegetal del clima oceánico
b)    Paisaje vegetal del clima mediterráneo
c)     Paisaje vegetal de ribera
d)     Paisaje vegetal de montaña
e)     Paisaje vegetal de las islas Canarias

3)              La intervención humana y sus consecuencias geográficas
a)     La deforestación
b)    La erosión del suelo
c)     La contaminación atmosférica
d)     La contaminación de las aguas
e)     Los residuos urbanos e industriales
f)      La destrucción del patrimonio natural

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1)               Factores de la diversidad geográfica y regiones biogeográficas

1.1              Factores de la diversidad geográfica

La flora vascular española cuenta con unas 6000 especies, de las que 900 son endémicas, esto es que su distribución se encuentra limitada a nuestro país. Las regiones más ricas en endemismos son Canarias (500 especies) y Baleares (58 especies).  Toda esta diversidad resulta de una variedad de factores que inciden sobre ella.

a)    El clima. Es el factor que condiciona en más alto grado la vegetación, pues cada planta requiere unas condiciones específicas de temperatura y de precipitación.

b)   La situación de la España peninsular e insular. A la diversidad vegetal de España colaboran también la posición de puente de la Península y la insularidad de los archipiélagos balear y canario. Este último es un lugar de convergencia de influencias atlánticas y mediterráneas, saharianas y europeas con un elevado número de especies únicas.

c)    El relieve. La diversidad de relieve propicia especies diferentes en función de la altura, y de la orientación de las vertientes. Esta puede ser de barlovento / sotavento respecto al mar y al viento dominante, o de la solana / umbría respecto a la cantidad de radiación solar recibida.

d)   Los suelos. La variedad de suelos influye igualmente en la diversidad de la vegetación, pues cada especie prefiere un tipo concreto.

e)    La acción antrópica. Los factores humanos se manifiestan en la degradación de la cubierta vegetal existente, o en la introducción de especies foráneas. Por ello distinguimos entre una vegetación clímax o potencial, cuando depende únicamente de la incidencia de factores naturales y una vegetación secundaria cuando es el resultado de la intervención humana.

1.2             Regiones biogeográfica

Los términos vegetación y flora hacen referencia al conjunto de especies vegetales de un territorio, pero estudian estas especies de forma distinta. La flora atiende al número de especies mientras que la vegetación hace referencia a la disposición de las especies sobre la superficie terrestre.

En la Tierra existen grandes conjuntos florísticos, denominados reinos florales, que se subdividen en regiones. La península Ibérica forma parte del reino holártico, que comprende las tierras continentales al norte del trópico de Cáncer. De las regiones que comprende este reino, dos están presentes en la Península: la región eurosiberiana y la región mediterránea y una tercera, la región macaronésica, se encuentra representada en las islas Canarias.

a)    La región eurosiberiana. En la Península se extiende por la mitad norte de la fachada atlántica, el litoral cantábrico, el macizo pirenaico y las cumbres del Sistema Central e Ibérico. Se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas suaves y precipitaciones abundantes y bien distribuidas, que permiten la existencia de un bosque caducifolio, de la landa como formación arbustiva y del prado como paisaje herbáceo.

b)   La región mediterránea. En la Península Ibérica se extiende por la mitad sur de la fachada atlántica, la costa mediterránea y el interior salvo los sectores más elevados de los Sistema Central e Ibérico. Las islas Baleares también se incluyen en esta región. Guarda correspondencia con el clima mediterráneo, y por ello la vegetación se ha adaptado a la escasez de precipitaciones y a la prolongada sequía (plantas xerófilas). Predomina un bosque perennifolio y un matorral de tipo mediterráneo (maquia, garriga y estepa).

c)    La región macaronésica. Es propia de las Islas Canarias y archipiélagos adyacentes (Islas Salvajes, Madeira, Azores y Cabo Verde). Sus principales rasgos son la variedad florística y la elevada proporción de endemismos. Esta diversidad procede tanto del aislamiento como de la convergencia en estas islas de las influencias del mundo holártico y mediterráneo con las africanas y las procedentes del Atlántico Sur. Al haberse librado las islas de las glaciaciones conservaron la laurisilva, un tipo de bosque relicto, esto es una especie que en otro tiempo había sido abundante y que ahora se encuentra confinada en pequeñas áreas. La vegetación más característica es el citado bosque de laurisilva y el matorral adaptado a unas condiciones prácticamente desérticas.

Algunos autores incluyen una cuarta región, la borealpina, que tendría sus dominios en las montañas más altas del norte peninsular: Centro de la Cordillera Cantábrica (Picos de Europa) y en los Pirineos y que guardaría correspondencia con el clima de montaña. Formaría parte de la región biogeográfica alpina que se extiende por los Alpes, los Cárpatos, el Cáucaso y otras cordilleras europeas.  No obstante, la mayor parte de especialistas considera que si bien se encuentran en nuestro país especies características propias de la región biogeográfica alpina, como el edelweiss, falta el conjunto florístico propio de esta zona de vegetación. Por tanto, la flora de los Pirineos y la Cordillera Cantábrica debe estudiarse como integrante de la región eurosiberiana.

2)              Formaciones vegetales de la España peninsular e insular

Una formación vegetal es un grupo de vegetación individualizado por su tamaño y fisonomía. Los tres tipos básicos son el bosque, el matorral y el prado o la estepa. Dado que el clima ejerce una influencia decisiva sobre la vegetación, los paisajes vegetales de España se estudian por bioclimas, es decir por áreas dotadas de una cierta homogeneidad interna en cuanto a su clima y vegetación.

a)    Paisaje vegetal del clima oceánico. Se corresponde con la región floral eurosiberiana. Se distribuye principalmente por Galicia, la cornisa Cantábrica y parte de Navarra. Tiene como formaciones vegetales características el bosque caducifolio, la landa y el prado. El bosque caducifolio está compuesto por árboles altos con hojas grandes que se desprenden en otoño. Las especies más características son el roble, y el haya. Cuando el bosque caducifolio se degrada aparece la landa, una densa vegetación de arbustos y matorrales. Sus especies más abundantes son el brezo, majuelos, endrinas, rosales, zarzamoras, el tejo y la retama. También han adquirido gran significación los prados (vegetación herbácea de gran extensión).

b) Paisaje vegetal del clima mediterráneo. Se corresponde con la región floral mediterránea. Se distribuye por ambas mesetas, el valle del Ebro, Andalucía y las orillas del Mediterráneo. Tiene como formaciones vegetales características el bosque perennifolio, el matorral y la estepa.

El bosque perennifolio está formado por árboles adaptados a la aridez (vegetación xerófila) con raíces muy extendidas para captar el agua, hojas perennes y esclerófilas (duras y coriáceas). Los árboles más característicos y extendidos son la encina y el alcornoque.

El matorral presenta dos grandes tipos: la maquia, la garriga y la estepa. La maquia o maquis es una formación arbustiva densa integrada por matorrales esclerófilos como la jara o el madroño. La garriga está formada por arbustos y matorrales de poca altura con el romero, la aliaga, y el espliego como especies características. La estepa está formada por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos. Las especies principales son el esparto y el palmito.

c)    Paisaje vegetal de Canarias. Se corresponde con la región floral macaronésica. Destaca su diversidad, que viene dada por el carácter volcánico y montañoso de las islas y por la situación de encrucijada del archipiélago entre varias regiones florísticas.

En las islas Canarias observamos hasta cinco niveles o pisos de vegetación: el basal (desértico con arbustos como el cardón y la tebaida), el intermedio (con árboles como el drago o la palmera), el termocanario (bosques de laurisilva), canario (bosques de pino canario) y supracanario (desnudo con matorrales como la violeta del Teide).

d)   Paisaje vegetal de ribera. A diferencia de los tipos anteriores esta clase de bosque no se asocia a unas condiciones climáticas, sino a la presencia del agua proveniente de ríos y lagunas. En sus orillas se disponen en franjas paralelas una serie de especies como el aliso, el sauce, el chopo, el fresno y el olmo. Existe, además, una abundante vegetación de matorral compuesta por especies como el cornejo, la madreselva o la zarzamora y plantas herbáceas como el junco y la espadaña o anea.

e)    Paisaje vegetal de montaña. En la montaña la vegetación se dispone en pisos que presentan formaciones distintas en función de la altura y la orientación. En España se diferencia claramente la montaña alpina o pirenaica del resto de las montañas peninsulares, por presentar cuatro pisos: basal, subalpino, alpino y nival. En el resto de montañas españolas (atlánticas o mediterráneas) no existe el piso subalpino y la cliserie se reduce a tres niveles: basal, supraforestal y una cima con prados o roca desnuda.

3)     La intervención humana y sus consecuencias geográficas

a)     La deforestación. Está causada por las roturaciones, el sobrepastoreo, las explotaciones de carbón y de madera, la expansión turística y urbana, las repoblaciones con especies foráneas y los incendios forestales.

b)   La erosión del suelo. La erosión natural se ha acelerado debido a prácticas como la agricultura, el sobrepastoreo y los nuevos usos urbanos, industriales y de transportes. La deforestación y la erosión natural conducen a la desertización, pérdida de la cubierta vegetal y a la desertificación, cuando las causas de este proceso son fundamentalmente humanas. La desertificación resulta especialmente grave en el Sureste peninsular y en las islas Canarias.

c)    La contaminación atmosférica. En función de las alteraciones que introducen los contaminantes en el aire, se generan los siguientes problemas:

§  El calentamiento global consiste en un aumento global de la temperatura de la Tierra, cifrado entre un 1,1º y un 6,4º para finales del siglo XXI. Se relaciona con el incremento de los gases de efectos invernadero (GEI) que se produce al quemar combustibles fósiles. Acelera el deshielo de los casquetes polares, hace ascender el nivel del mar y, en suma, altera todos los hábitats naturales del planeta.
§  La reducción de la capa de ozono es el adelgazamiento de la capa de este gas situado entre los 15 y los 55 kilómetros de altitud por la emisión de clorofluorocarbonos (CFC) empleados en los aerosoles y como refrigerantes.
§  La lluvia ácida es una precipitación con una acidez superior a la normal causada por sustancias acidificantes como el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno. Al entrar en contacto con el agua de la atmósfera reaccionan formando ácidos muy corrosivos, que dañan gravemente al medio ambiente.
§  La campana de polvo es una niebla formada por micropartículas en suspensión que afecta a las grandes ciudades españolas, especialmente en invierno.
§  La niebla fotoquímica es una bruma ocasionada por la reacción de la luz solar con ciertos contaminantes. Es propio de las afueras de las ciudades y el área rural circundante.
§  Los contaminantes no gaseosos (cenizas) provocan problemas respiratorios si alcanzan grandes concentraciones.
§  La contaminación lumínica y la contaminación acústica: las emisiones excesivas tanto de luz como de sonido resultan dañinas tanto para la vida humana como para la de muchos animales y plantas, que ven trastornado su ciclo vital.
d)   La contaminación de las aguas. Procede de las actividades agrarias y ganaderas (uso de fertilizantes y productos fitosanitarios), de las industrias (desechos orgánicos, vertidos químicos) y de los núcleos urbanos (vertidos urbanos). Las consecuencias principales son el deterioro de la calidad del agua y la contaminación de los suelos.

e)    Los residuos urbanos e industriales. Contaminan los suelos, las aguas y el aire, originando además problemas sanitarios. Los residuos industriales suponen un gran peligro para el medio ambiente, ya que algunos de estos desechos resultan altamente nocivos y además no son disueltos o reabsorbidos por la naturaleza. La eliminación de la basura en plantas incineradoras no resuelve el problema, pues alteran la composición del el aire y generan líquidos y cenizas contaminantes.

f)     Destrucción del patrimonio natural. España es uno de los países de la Unión Europea con mayor biodiversidad y, lamentablemente, también uno de los que presenta el mayor número de especies animales y vegetales amenazadas. Las causas son la alteración de los hábitats naturales, la fragmentación de sus ecosistemas y la introducción de especies exóticas invasoras.
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La pintura que hemos escogido para encabezar la entrada es En los altos de Fuenfría (Sierra de Guadarrama). Se trata de un óleo sobre lienzo de pequeñas dimensiones (49 x 69 cm.) pintado por Aureliano de Beruete y Moret en 1891. Pertenece a la colección del Museo del Prado, institución que lo ha cedido en depósito al Museo de Bellas Artes de la Coruña, que es, por tanto, su lugar de exposición.

Los datos de la reseña y la imagen proceden del catálogo virtual del Museo del Prado:

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/en-los-altos-de-fuenfria-sierra-de-guadarrama/fddf7376-4409-434e-85e1-5ffed5b43309

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