jueves, 11 de junio de 2020

Tema 4: Las Aguas y la Red Hidrográfica



TEMA 4: LAS AGUAS Y LA RED HIDROGRÁFICA

1)              Las vertientes hidrográficas españolas
a)     La Vertiente Cantábrica
b)    La Vertiente Atlántica
c)     La Vertiente Mediterránea

2)              Los ríos y las cuencas hidrográficas
a)     Los ríos de la cuenca cantábrica
b)    El Miño
c)     El Duero
d)     El Tajo
e)     El Guadiana
f)      El Guadalquivir
g)     Los Ríos del Sur
h)    El Segura
i)      El Júcar, el Turia y el Mijares
j)      El Ebro
k)     Los Ríos del Pirineo Oriental

3)              Los regímenes fluviales

4)              Uso y aprovechamiento de las aguas

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1)     Las vertientes hidrográficas españolas.

Una vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas cuyas aguas vierten en el mismo mar. Los ríos peninsulares se distribuyen en tres vertientes hidrográficas: la cantábrica, la atlántica y la mediterránea.  La primera ocupa un espacio muy reducido debido a la proximidad de la Cordillera Cantábrica hacia el mar. La atlántica y la mediterránea presentan una extensión similar de litoral si bien existe una gran disimetría entre ambas, a causa de la inclinación de la Meseta hacia el oeste a partir del Sistema Ibérico y del Valle del Guadalquivir en la misma dirección debido a las Cordilleras Béticas. Así en la vertiente atlántica desembocan el 69% de los ríos peninsulares y en las mediterráneas, el 31% restante.

a)    Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos, ya que nacen en montañas cercanas a la costa. Al tener que salvar gran desnivel entre su nacimiento y su nivel de base (el mar Cantábrico), poseen una gran fuerza erosiva. Los ríos cantábricos son numerosos, caudalosos y de régimen bastante regular gracias a la abundancia y constancia de las precipitaciones. Aprovechando estas circunstancias y la facilidad que ofrece la topografía abrupta, se construyen pantanos destinados a la producción de energía eléctrica.

b)   Los ríos de la vertiente atlántica son largos, al nacer cerca del Mediterráneo y desembocar en el Océano, con la excepción de las cuencas gallegas y de algunos ríos andaluces (Tinto, Odiel, Guadalete…). Su fuerza erosiva es escasa, dado que discurren por llanuras en las que apenas se hunden, pero forman barrancos en los desniveles. Su régimen es irregular. Presentan estiaje en verano coincidiendo con el mínimo de precipitación (mayor cuanto más meridional es el río), y crecidas con las lluvias de otoño y primavera.

c)    Los ríos de la vertiente mediterránea son cortos, a excepción del Ebro, dada la proximidad al mar de las montañas en que nacen. Son ríos abarrancados, que erosionan violentamente las laderas deforestadas y arrastran derrubios. Su régimen es muy irregular. En verano presentan importantes estiajes (muy prologados en los ríos más meridionales) y en el otoño pueden sufrir crecidas catastróficas originadas por lluvias torrenciales. Como consecuencia, se hace necesario construir en ellos embalses para regularizar el caudal y abastecer de agua a la agricultura, En la vertiente mediterránea son también frecuentes los torrentes, cursos intermitentes que solo llevan agua cuando llueve; gran parte del año sus cauces o ramblas se encuentran secos.

d)   Baleares y Canarias carecen de ríos propiamente dichos. Poseen arroyos o corrientes de agua de escaso caudal, alimentados por manantiales (afloramientos a la superficie de aguas subterráneas). En Canarias la sobreexplotación de los acuíferos ha hecho que en la actualidad no existan apenas arroyos permanentes. Los torrentes también son frecuentes en ambos archipiélagos. 
2)     Los ríos y las cuencas hidrográficas.

Se llama cuenca hidrográfica al territorio que vierte sus aguas a un río y a sus afluentes. Dentro de la cuenca, las aguas circulan por un cauce o lecho y forman una red organizada jerárquicamente, desde los subafluentes y los afluentes hasta llegar al río principal. Las cuencas se separan entre sí por divisorias de agua, que son zonas de cambio de pendiente del terreno, que separa las cuencas hidrográficas y suele coincidir con las cumbres y alineaciones montañosas.   

a)  Los ríos de la cuenca cantábrica: Los principales ríos de esta cuenca son el Eo, Narcea, Nalón, Deva, Nervión y Bidasoa. Los límites de esta cuenca están marcados por los Pirineos, los Montes Vascos, la Cordillera Cantábrica y el Macizo Galaico Leonés. Las comunidades que abarca son El País Vasco, Cantabria, Asturias, parte de Galicia y tierras limítrofes de Castilla-León y Navarra. 

b)  El Miño: El Miño nace en las montañas de Lugo, dirección Norte- Sur. Desemboca en Tuy (frontera España- Portugal). Su principal afluente es el Sil. Atraviesa las provincias de Lugo, Orense y Pontevedra. Presenta caudal regular, régimen pluvial oceánico y es navegable los últimos 30 Km. Es uno de los ríos más caudalosos de España, pese a disponer de una cuenca muy reducida.

c)  El Duero: Río de la submeseta septentrional. Nace en los Picos de Urbión (Sistema Ibérico). Desemboca en Oporto (Portugal) y es navegable en sus últimos 213 kilómetros.  Atraviesa las provincias de Soria, Burgos, Valladolid, Zamora. Sus principales afluentes se sitúan en la margen derecha: El Pisuerga y Esla. Es el río más caudaloso de España, con caudal irregular y gran fuerza erosiva. Presenta dos regímenes hidrográficos: el mediterráneo continental y el oceánico.

d)  El Tajo: Nace en la Sierra de Albarracín (Teruel, Sistema Ibérico). Desemboca en Lisboa (Portugal). Atraviesa las siguientes provincias: Teruel, Guadalajara, Cuenca, Madrid, Toledo y Cáceres. Sus principales afluentes se sitúan en la margen derecha como el Jarama o el Alberche. El Tajo es el río más largo de la península y presenta caudal irregular. Predomina en este río el régimen mediterráneo continental.

e)  El Guadiana: Su nacimiento es motivo de disputa entre los geógrafos, pareciendo la mejor opción el paraje de los Ojos del Guadiana (Ciudad Real). Desemboca en Ayamonte (Huelva) tras trazar la frontera con Portugal. Pasa por las provincias de Ciudad Real, Badajoz y Huelva. Sus principales afluentes se sitúan en la margen derecha y son el Záncara y Cigüela. El Guadiana es el menos caudaloso de los grandes ríos, presentando un caudal irregular y un régimen mediterráneo continental.

f)   El Guadalquivir: Nace en la Sierra de Cazorla (Jaén) en la Subbética. Desemboca en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) siendo navegable en sus últimos 86 kilómetros. Atraviesa las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz. Sus principales afluentes se sitúan por la margen izquierda, como el Genil. El Guadalquivir presenta un caudal irregular con notables crecidas y fuertes estiajes y un régimen mediterráneo continental.

g)  Los Ríos del Sur: Esta cuenca abarca ríos mediterráneos andaluces como el Guadalhorce, el Andarax o el Almanzora que nacen en la vertiente sur de la Cordillera Penibética. Son ríos con escasa longitud, grandes pendientes y un caudal que es menor a medida que nos alejamos del Estrecho, culminando en las ramblas del Sudeste. Los riesgos de riadas son aquí más elevados, pues los lechos de los ríos de estas zonas áridas, a menudo con caudales muy bajos, no pueden encauzar los importantes volúmenes de agua que reciben en muy pocas horas. Esta cuenca presenta un balance hídrico deficitario. 

h)   El Segura: Nace en la Sierra de Segura (Jaén) en la Subbética. Desemboca en Guardamar (Alicante). Atraviesa las provincias de Jaén, Albacete, Murcia y Alicante. Su principal afluente es el Mundo. El Segura presenta un caudal muy irregular, siendo muy frecuente tanto los estiajes como las riadas. Predomina el régimen pluvial mediterráneo.

i)    El Júcar: Nace en la serranía de Cuenca (Sistema Ibérico). Desemboca en Cullera (Valencia). Atraviesa las provincias de Cuenca y Valencia. Su principal afluente es el Cabriel. El Júcar presenta un caudal muy irregular, resultando muy torrencial y erosivo. Predomina el régimen pluvial mediterráneo. En la cuenca de este río se engloban el Turia y el Mijares.

j)    El Ebro: Nace en Reinosa (Cordillera Cantábrica). Desemboca en Imposta- Tortosa (Tarragona), formando el mayor delta de la Península. Atraviesa las provincias de Santander, Burgos, Pamplona, Logroño, Zaragoza y Tarragona. Sus principales afluentes se sitúan en la vertiente izquierda, como el Cinca y el Segre. El Ebro es el segundo río más caudaloso de la Península después del Duero. Presenta caudal irregular y un régimen pluvial mediterráneo.

k)  Los Ríos del Pirineo Oriental: Se localizan en Cataluña, entre los Pirineos y la Cordillera Costero Catalana. En la primera cadena montañosa nacen el Fluviá, el Ter y el Llobregat y en la segunda ríos de menos caudal como el Foix o el Francolí. En general estos ríos se caracterizan por un fuerte estiaje y crecidas notables en otoño.  Estas cuencas presentan un balance hídrico deficitario.

3)      Los regímenes fluviales.

Por régimen fluvial entendemos el comportamiento del caudal medio de un río a lo largo del año, es decir, el modo habitual de fluencia de sus aguas.

Los regímenes fluviales se clasifican, básicamente, atendiendo a la procedencia de sus aguas. Distinguimos un régimen pluvial, en el que el agua que llevan los ríos procede directamente de la lluvia, y un régimen nival, en el cual las aguas fluviales procederían de la fusión de las nieves. En el primer caso, el tiempo que media entre la caída del agua y su evacuación por los ríos es muy escaso, siempre y cuando los suelos se hallen saturados. En el segundo caso pueden transcurrir varios meses, pues depende de la persistencia de las bajas temperaturas y del momento en que se alcance la fusión de las nieves. Entre unos y otros regímenes existen situaciones intermedias según predomine en el mismo la nieve (nivopluvial) o el agua (pluvionival).

La mayoría de los ríos españoles son de alimentación pluvial, por lo que se observan regímenes diferentes de acuerdo con la variedad climática de la Península:

-        Régimen pluvial oceánico. Se caracterizan por la abundancia de aguas durante todo el año y por no tener grandes crecidas ni estiajes, como corresponde a la secuencia anual de las precipitaciones del clima atlántico. A este tipo pertenecen los ríos cántabros y gallegos.

-        Régimen pluvial subtropical o mediterráneo continental. Es propio de las tierras del interior, de la España seca, en las que la precipitación anual es reducida, se distribuye de forma irregular a lo largo del año y presenta una sequía estival muy pronunciada.

-        Régimen pluvial mediterráneo. Se caracteriza por las inflexiones que muestra su gráfica. Registra un máximo principal en otoño y otro secundario a finales de invierno-primavera, destacando un mínimo estival menos acusado en duración e intensidad que en el régimen mediterráneo continental.

4)     Uso y aprovechamiento de las aguas.

 El aprovechamiento de los recursos hídricos presenta una larga tradición en España, destacando las construcciones romanas como los acueductos y las aportaciones que realizan los árabes a la agricultura del regadío. Siglos más tarde, el agua fue referente de los ilustrados y regeneracionistas, como símbolo de progreso social y agrícola. Esta línea de pensamiento cristaliza con el Plan Nacional de Obras Públicas de 1933, que contemplaba la construcción de presas, embalses, trasvases… muchos realizados a partir de 1960. 

El consumo de agua en España se ha incrementado considerablemente en los últimos cuarenta años debido al aumento del nivel de vida, al desarrollo industrial y urbano, al  incremento del regadío, el desarrollo del turismo, la expansión de segundas residencias, el consumo de agua para parques y jardines, el incremento del uso doméstico, etc. Además se han añadido otros usos como la acuicultura, refrigeración de instalaciones energéticas, etc.

La demanda de agua en España supera los 30.000 hm3, repartidos en usos consuntivos (abastecimientos urbanos, agrarios y energético) y usos no consuntivos (ambientales y recreativos). Estos últimos no consumen recursos hídricos.

-        Abastecimientos urbanos e industriales. El consumo de agua por persona en nuestro país es elevado (137 l/hab/día). Ha sido necesario ampliar las infraestructuras para abastecer a poblaciones, especialmente en las zonas costeras mediterráneas o en Madrid, que ha visto surgir nuevas necesidades vinculadas a la aparición de corredores industriales, urbanizaciones en la Sierra de Guadarrama, núcleos dormitorios, etc. El consumo de agua de hogares y municipios asciende a cerca del 15%.

-        Usos agrarios. Gran parte de las obras hidráulicas realizadas en España han sido para aumentar las hectáreas de regadío. El mayor usuario de agua en nuestro país es el sector agrario (más del 80%). La desigual distribución de precipitaciones hace necesario el regadío en muchos cultivos.  Para el uso agrario, se hace necesario, por tanto, desvíos, canalizaciones, construcción de canales y acequias, etc. No puede ocultarse el uso poco racional del agua en el agro español por el empleo de técnicas y métodos que suponen un auténtico dispendio de agua y por la presencia de fugas en las conducciones.

-        Uso energético. Se destina a centrales hidroeléctricas, térmicas y nucleares. En los últimos años del siglo XIX la demanda de electricidad dio lugar a la construcción de las primeras centrales hidroeléctricas. Además, el agua se emplea también en la producción de energía eléctrica como refrigerante en centrales térmicas convencionales y nucleares.  Se estima este consumo en un 4% del total.

-        Uso ambiental y recreativo. Ríos, embalses y lagunas ofrecen posibilidades variadas para la pesca, la acuicultura, el baño, la navegación y los deportes náuticos.

Actualmente, España almacena unos 55 Km3 de agua, necesitando unos 38 Km3 para el uso consuntivo. Se trata de un balance positivo, pero con marcados desequilibrios entre cuencas excedentarias (cantábricas, gallegas, Duero, Tajo y Ebro), cuencas equilibradas (Guadiana, Guadalquivir y ríos catalanes) y cuencas deficitarias (el resto de las mediterráneas y las insulares).

En los últimos tiempos se ha invertido en satisfacer la creciente demanda de agua, que resulta excesiva y que necesita una racionalización de su gestión. Se han construido obras públicas como presas y trasvases y se han creado infraestructuras para mejorar la calidad del agua como las depuradoras, potabilizadoras, depósitos, desaladoras y tanques de tormenta.

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La pintura que hemos escogido para encabezar la entrada es Paisaje de Alcalá de Guadaíra, pintada por el sevillano Manuel García y Rodríguez en 1896. Se trata de un óleo de pequeñas dimensiones (41 x 75 cm) fechado en 1896. Pertenece a la colección del Museo del Prado, institución que lo ha cedido en depósito al Museo de Málaga, que es, por tanto, su lugar de exposición.

Los datos de la reseña y la imagen proceden del catálogo virtual del Museo del Prado:




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