domingo, 14 de junio de 2020

Tema 7: El Espacio Urbano



TEMA 7: EL ESPACIO URBANO

1)              El sistema de ciudades en España
1.1   – Jerarquía
1.2  – Funciones
1.3  –Zonas de influencia

2)              Principales áreas y ejes urbanos
2.1  – Áreas urbanas
2.2 – Ejes urbanos

3)              La estructura y el plano de la ciudad
3.1  – Los usos del suelo de la ciudad preindustrial
3.2 – Los usos del suelo de la ciudad industrial
3.3 – Los usos del suelo de la ciudad postindustrial
3.4 – El plano de la ciudad
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1)              El sistema interurbano: jerarquía, funciones y zonas de influencia

Las ciudades constituyen un sistema, la red urbana, que cumple un destacado papel en la organización del espacio. El sistema de ciudades está formado por unos elementos (las ciudades), y por las relaciones que se establecen entre ellas. Las ciudades tienen unas características (tamaño y funciones), a partir de las cuales ejercen su influencia sobre un área más o menos amplia (local, regional, nacional o mundial) y ocupan una posición jerárquica dentro del sistema urbano.

1.1   La jerarquía urbana

El tamaño demográfico, las funciones y la extensión del área de influencia dan lugar a una organización jerárquica del sistema de ciudades. Las categorías son las siguientes:

a)    Las metrópolis nacionales Madrid y Barcelona y sus áreas metropolitanas. Su población supera los 4 millones de habitantes. Su área de influencia se extiende por todo el territorio nacional y se encuentran estrechamente relacionadas con otras metrópolis mundiales, actuando como enlace entre el sistema urbano europeo y global, y el español y local.
b)   Las metrópolis regionales son las áreas metropolitanas de Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Tienen una población entre 1,5 millones y 500 000 habitantes. Su área de influencia es regional y mantienen relaciones intensas con las metrópolis nacionales.
c)    Las metrópolis subregionales o regionales de segundo orden. Son ciudades como Valladolid, Oviedo, Murcia, Alicante, A Coruña, etc. Tienen una población entre 500 000 y 250 000 habitantes. Su área de influencia se circunscribe al ámbito de una comunidad autónoma.
d)   Ciudades medias. La mayoría son capitales de provincia no incluidas en los apartados anteriores. Su población está entorno a los 250 000-50 000 habitantes. Su área de influencia es provincial.
e)    Ciudades pequeñas o villas. Tienen una población de menos de 50 000 habitantes, como Soria, Terual Astorga, Écija, etc. Su área de influencia se extiende a la comarca o partido judicial del que son la población más importante y el principal nodo de la redes de transporte.

1.2  Funciones

    Las funciones que realizan son otro de los factores que determina la posición de las ciudades en el sistema urbano. Entendemos por funciones las actividades socio-económicas que desempeñan las ciudades hacia el exterior, no las encaminadas al servicio interno de la ciudad. De acuerdo con su función, las ciudades pueden clasificarse en diversos tipos:

a)    Ciudades primarias. Tienen una especialización en actividades del sector primario. Destacan por su importancia las agrociudades andaluzas, manchegas, murcianas y levantinas, y las ciudades mineras, como muchas asturianas.
b)   Ciudades secundarias. En unos casos están especializadas en la industria, como las primeras ciudades que se incorporaron a la revolución industrial (en el País Vasco, Cataluña y Asturias). En otros casos están especializadas en la construcción, como ocurre con ciudades de gran dinamismo económico y demográfico, o muy afectadas por el turismo.
c)    Ciudades terciarias. Están especializadas en servicios, que son las actividades que mejor definen el rango de una ciudad y su papel organizador del espacio, como las grandes metrópolis nacionales. Estos servicios pueden ser comerciales, administrativos, culturales, sanitarios, religiosos o turísticos.

1.3  Zonas de influencia

     Por las funciones que desempeñan hacia el exterior, se consideran las ciudades como lugares centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada hinterland o área de influencia. Esta será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas. El alcance del área de influencia urbana puede modificarse en función de los cambios económicos y de la dotación de medios de transporte y comunicación.

  De acuerdo con los modelos teóricos establecido por el geógrafo alemán Christaller en 1933, la Península Ibérica presentaría un sistema de asentamientos equilibrado, bien que habría que deformar la malla hexagonal que este geógrafo establece en torno a los núcleos de población considerados como lugares centrales.  Así Madrid ocuparía el puesto de lugar central y principal y los núcleos que le siguen en influencia situados en la periferia trazarían el hexágono (Barcelona, Valencia, Sevilla, Lisboa, La Coruña y Bilbao). A una distancia intermedia se encuentran las ciudades de rango medio (Burgos, Zaragoza, Murcia, Granada, Córdoba y Salamanca).

2)              Principales áreas y ejes urbanos

2.1  Áreas urbanas

   El tamaño demográfico de las ciudades es una de las bases de la jerarquía urbana. Se establece de acuerdo con la regla rango-tamaño, que relaciona la población de una ciudad y su rango (número de orden) en el sistema urbano.

   En España destacan siete áreas metropolitanas, que superan el medio millón de habitantes. De ellas, Madrid es la que cuenta con mayor población y preside  el sistema. Barcelona tiene un tamaño mucho mayor del que suele corresponder a la segunda ciudad de un sistema nacional, de modo que se produce un brusco salto entre ella y la tercera aglomeración del sistema, Valencia. A esta le siguen en tamaño Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Tras ellas, existe un elevado número de ciudades con población entre 300 000 y  400 000.

2.2 Ejes urbanos

El crecimiento de las áreas metropolitanas ha contribuido a la configuración de ejes territoriales, surgidos como líneas de contacto entre ellas, en los que se concentra la población y la actividad económica. Al localizarse las principales ciudades en la periferia, salvo Madrid, estos ejes son principalmente periférico.

-        El eje gallego está integrado por el eje atlántico de Galicia y las ciudades interiores que dependen de él (Orense y Lugo).
-        El eje cantábrico comprende el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Avilés), el País Vasco y Pamplona y las ramificaciones hacia el interior (León, Burgos y Logroño, respectivamente).
-        El eje mediterráneo o levantino se extiende desde Gerona a Cartagena. Está plenamente consolidado y el que presenta el mayor dinamismo, vinculándose al conjunto urbano del litoral mediterráneo (Marsella, Niza, Milán)…
-        El eje andaluz se dispone a lo largo de dos corredores el valle del Guadalquivir (desde la costa atlántica a Jaén) y el litoral mediterráneo (desde Almería a Huelva).
-        El eje del valle del Ebro funciona como corredor de comunicaciones entre el Cantábrico y el Mediterráneo, y tiene como ciudad principal a Zaragoza.

3)     La estructura urbana: los usos del espacio en el interior de la ciudad

La estructura urbana es la organización de la ciudad en diferentes áreas caracterizadas por su morfología y funciones. Como resultado del largo proceso de urbanización, la ciudad española actual tiene una estructura compleja, en la que se suelen diferenciarse el casco antiguo, correspondiente a la urbanización preindustrial; el ensanche de la época industrial; y la periferia actual a la época posindustrial. En cada una de estas áreas se dan diferentes usos del suelo.

3.1  Los usos del suelo de la ciudad preindustrial

    El casco antiguo comprende la parte urbanizada desde el origen de la ciudad hasta el inicio de la industrialización a mediados del siglo XIX. Por tanto, corresponde a la ciudad preindustrial. Suele ocupar una superficie reducida de la ciudad actual, pero tiene un importante valor por su legado artístico y cultural.

Por su larga historia, que se extiende desde el nacimiento de la ciudad hasta la actualidad, el casco antiguo acumula elementos muy dispares.

a)    En el periodo preindustrial los usos del suelo eran diversos (multifuncionalidad): con las viviendas se entremezclan talleres, comercios, almacenes y edificios públicos. Este hecho no impedía una cierta especialización en barrios para los distintos gremios de artesanos y comerciantes.

b)   En el periodo industrial los usos del suelo del casco antiguo experimentaron una progresiva tercerización que consolidó al casco antiguo como centro comercial y de negocios de la ciudad. El resultado fue el desplazamiento de los usos residenciales; un creciente saturación por la confluencia diaria de personas y de tráfico; y el deterioro de los edificios.

c)    En el periodo posindustrial se acentúa la perdida de multifuncionalidad del casco antiguo. Sus barrios más deteriorados pierden usos tradicionales, como el comercio de artículos cotidianos o los pequeños talleres.

3.2 Los usos del suelo de la ciudad industrial

    Entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, las ciudades que implantaron industrias atrajeron a una numerosa población campesina y se extendieron en superficie. Para ello, derribaron en muchos casos las murallas preindustriales, cuya función defensiva había quedado anulada por los progresos de la artillería. Su lugar fue ocupado por pases de ronda o bulevares, que diferencian el casco antiguo de la nueva ciudad. En ella se crearon ensanches para los burgueses y barrios industriales y obreros.

a)    En el ensanche burgués el uso del suelo fue inicialmente residencial burgués debido a los altos precios de solares e inmuebles.
b)   En los barrios obreros los usos del suelo entremezclaron residencias obreras, industrias, talleres y almacenes. Las infraestructuras fueron escasas, por lo que estos barrios se convirtieron en focos de enfermedades infecciosas y de descontento social.
3.3 Los usos del suelo de la ciudad posindustrial

La periferia es la franja externa de la ciudad correspondiente a la expansión urbana entre el segundo tercio del siglo XX y la actualidad.

a)    En el periodo 1930-1955  la expansión urbana fue poco significativa a causa de la dificultades políticas y económicas (Guerra Civil, Posguerra…). El sector inmobiliario entró en crisis y la escasa actividad edificatoria se debió a la promoción oficial y a la autoconstrucción.
b)   En el periodo 1955-1975 el crecimiento urbano fue compacto y denso y se caracterizó por la zonificación o constitución de áreas con diferentes usos del suelo contiguas, pero mal comunicadas entre sí y con el centro por la ausencia de infraestructuras adecuadas.
c)    A partir de 1975 la periferia se extiende más allá del continuo edificado por áreas periurbanas o rururbanas, de límites imprecisos entre el campo y la ciudad. Adopta un modelo disperso, conocido como “ciudad difusa” o “ciudad dispersa”, que se caracteriza por la baja densidad de la urbanización y la zonificación en áreas con diferentes usos del suelo.
3.4 El Plano Urbano

     La forma del plano es el resultado del emplazamiento (terraza fluvial, colina, valle, frente marítimo…), de concepciones urbanísticas que se suceden a través del tiempo y de factores históricos, económicos, políticos y religiosos.
     Debido a su larga historia, las ciudades españolas tienen dos partes bien diferenciadas: la ciudad compacta, anterior a los años cincuenta del siglo pasado, y la ciudad difusa, que corresponde a los modelos urbanos de la ciudad funcional y la ciudad posindustrial.
    El plano de la ciudad compacta está integrada `por los siguientes elementos:
§  El núcleo fundacional, de trazado regular en las ciudades de origen romano (Zaragoza, Mérida) y en las bastidas medievales (Castellón de la Plana); de trazado radiocéntrico en las ciudad medievales surgidas en cruces de caminos o en torno a un castillo, monasterio o plaza de mercado (Santiago de Compostela, Vitoria) y  de trazado irregular en las ciudades creadas o reedificadas bajo dominio islámico (Toledo, Córdoba).
§  Las ampliaciones renacentistas y barrocas, constituidas por planos en damero animados por alamedas, paseos y vías en forma de pata de oca, a menudo con puertas monumentales y fuentes. Madrid, Aranjuez o Sevilla se consideran las muestras más relevantes.
§  Los ensanches de los siglos XIX y XX, con calles que se cortan en ángulo recto y, en ocasiones, avenidas, bulevares y manzanas con esquinas achaflanadas. El plan Cerdá de la ciudad de Barcelona se considera el ejemplo más representativo.
   En la primera mitad de siglo XX se construyen las siguientes partes, que actúan como bisagra entre la ciudad compacta y la ciudad difusa:
§  Los barrios de crecimiento espontáneo, a lo largo de antiguas carreteras por donde discurrían las líneas de tranvías en el pasado.
§  Colonias de ciudades jardín.
      El plano de la ciudad difusa combina trazados irregulares, en los barrios de crecimiento espontáneo o construidos según el modelo de ciudad funcional, donde dominan “orden abierto” y el “viario jerarquizado”, y trazados regulares en las ampliaciones (“neoensanches” de la ciudad posindustrial).
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La obra que hemos escogido como encabezamiento es una estilizada panorámica de Ronda titulada  Ciudad Española [Spanish Town]. Su autor es el pintor inglés Hugh Gresty. Se trata de un óleo sobre lienzo de medianas dimensiones (80 x 94 cm) que se conserva en la Manchester Art Gallery (Inglaterra, Reino Unido).

Los datos y la imagen proceden de la página web del museo:



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