sábado, 13 de junio de 2020

Tema 6: La Población Española



TEMA 6: LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
 
1)              Evolución y distribución
1.1   – Evolución
1.2  – Distribución
2)              La dinámica natural
2.1  – La natalidad y la fecundidad
2.2 –La mortalidad y la esperanza de vida
2.3 – El crecimiento natural o vegetativo
3)              Los movimientos migratorios
3.1  – Las migraciones interiores
3.2 – Las migraciones exteriores
3.3 – La inmigración extranjera
4)              Estructura y composición de la población
4.1  – La estructura por sexo y edad
4.2 – La estructura económica de la población

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1)     Evolución y distribución

1.1   Evolución
En la evolución de la población española se distinguen las siguientes fases: 
a)    El régimen demográfico antiguo

En España se prolongó hasta el siglo XIX. Se caracterizó por un crecimiento natural muy lento debido a tasas brutas de natalidad (35-40%) y de mortalidad (30-35%) muy altas.

b)   La transición demográfica

Comenzó de forma clara en la segunda mitad del siglo XIX y se prolongó hasta el último cuarto del siglo XX. Se caracterizó por un importante crecimiento de la población, resultado del mantenimiento de unas elevadas tasas de natalidad y una notable disminución de la mortalidad. Más tarde, comenzaría la reducción de la natalidad, sobre todo en las áreas urbanas.

c)    El régimen demográfico moderno

Se inició en el último cuarto del siglo XX y llega hasta nuestros días. Se caracteriza por un descenso de la natalidad y la mortalidad, de modo que el crecimiento natural es muy pequeño y tiende a cero.

1.2  Distribución

La densidad de población española ha ido aumentando a lo largo del tiempo hasta situarse en los 93 h/km2 de 2017. A nivel mundial se considera una densidad mediana, y desde luego, inferior a la media de la Unión Europea, que en el mismo año se elevó a los 117,1 h/km2.

Evidentemente, la densidad de población española esconde fuertes desequilibrios espaciales entre áreas de concentración, que superan claramente la media nacional, y áreas de despoblamiento, donde no se alcanzan los 25 hab/km2.

El proceso histórico iniciado por la población española en el siglo XVIII y continuado en el siglo XIX y XX (con la década de los sesenta como aceleración y consolidación final) nos presenta una distribución de la población española cada vez más concentrada, ampliando la dicotomía entre el interior semivacío y la periferia muy densa y más urbanizada.

De esta forma, la zona litoral, los archipiélagos balear y canario, las plazas de soberanía y, sobre todo, la Comunidad de Madrid, se encuentran densamente pobladas. En cambio, el interior peninsular va camino de convertirse en un área de vacío demográfico (Comunidades de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón).

Los rasgos principales de la distribución espacial de la población española son los siguientes:

- La periferia muy poblada: todo el litoral está muy poblado, aunque hay excepciones como Lugo, Almería, Granada o Huelva.

- El interior muy poco poblado: con las excepciones de las áreas metropolitanas de Madrid, Sevilla, Valladolid y Zaragoza.

-  Una población muy urbanizada: las áreas metropolitanas citadas concentran grandes efectivos de población, de tal forma que los municipios medianos y pequeños que representan el 80% del territorio, solo representan el 25% de la población.
2)     La dinámica natural

La dinámica natural o movimiento natural de una población es la variación de la población de un lugar que depende únicamente del comportamiento demográfico de sus habitantes, es decir, de los nacimientos y las defunciones que se producen en ella y que explicarían su crecimiento o decrecimiento si no existiesen movimientos migratorios.

2.1  La natalidad y la fecundidad

El descenso tanto de la natalidad como de la fecundidad se inició en España en la segunda mitad del siglo XIX y continúa en la actualidad, aunque a un ritmo mucho más lento. El índice sintético de fecundidad actual (1,31 hijos por mujer en 2017) impide el reemplazo generacional, pues es inferior a 2,1. Los factores que explican esta evolución son los cambios sociales y culturales, la situación económica y los factores demográficos estructurales.

2.2 La mortalidad y la esperanza de vida 

   La mortalidad inició su descenso a finales del siglo XIX, acelerándose a principios del siglo XX. Varios factores explican esta evolución: una mejor alimentación, los avances en medicina, una mayor higiene y la disponibilidad de más recursos económicos.

Esta caída de la mortalidad es una de las razones por la que España presenta una de las esperanzas de vida más altas del mundo, alcanzando los 83 años. Alcanza valores más altos en las mujeres (85 años) que en los varones (80 años).

2.3 El crecimiento natural o vegetativo

El crecimiento natural o vegetativo ha ido descendiendo desde el inicio de la crisis económica en 2008 y a partir de 2015 presenta valores negativos, superando cada año al anterior. La natalidad continúa descendiendo mientras, la mortalidad experimenta un ligero repunte.

A nivel regional resultan patentes las diferencias entre las zonas demográficas más dinámicas (Madrid, Cataluña, Andalucía, Murcia, los dos archipiélagos y las Plazas de Soberanía) y las zonas demográficas menos dinámicas situadas en el cuadrante noroeste peninsular (Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León).

3)     Los movimientos migratorios

3.1  Las migraciones interiores

La alta natalidad de las zonas rurales, las crisis agrarias y la incipiente mecanización de ciertas tareas agrícolas propició desde el último tercio del siglo XIX un intenso éxodo rural, que alcanzó su auge en los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX. En este momento las regiones emisoras de población eran Galicia, las dos Castillas, Extremadura Andalucía; y las receptoras, el País Vasco, Cataluña, Madrid, el litoral levantino y los dos archipiélagos.

A partir de 1975 el éxodo rural ha perdido intensidad frente a las migraciones interurbanas. En la actualidad las grandes ciudades se han convertido ahora en emisoras de emigrantes a favor de los municipios de sus áreas metropolitanas.

3.2 Las migraciones exteriores

Desde los inicios de la Edad Moderna hasta finales del siglo XX, en España han predominado los movimientos de salida de población, principalmente por motivos económicos, pero también por causas políticas

Entre mediados del siglo XIX y 1960 predominó la emigración transoceánica hacia Cuba (española hasta 1898), el resto de Iberoamérica, Estados Unidos y Canadá. Las colonias francesas del Norte de África (especialmente Argelia) acogieron igualmente un contingente importante de emigrantes españoles. Otros territorios receptores de inmigrantes españoles fueron las Filipinas (posesión nuestra hasta 1898) y Australia.

Entre 1960 y 1973 predominó la emigración hacia Europa (Francia, la República Federal de Alemania y Suiza sobre todo). Con la crisis de 1973 se produjo una importante migración de retorno.

Entre 1975 y 2010 España paso de país de emigrantes a país de inmigrantes, presentando saldo migratorio positivo. Hasta 1994, las entradas se debieron al retorno de emigrantes españoles. A partir de este año primó la inmigración extranjera.

La crisis económica iniciada en 2008 ha frenado la inmigración y ha propiciado el retorno de muchos extranjeros a sus lugares de origen y una significativa emigración de españoles a otros países de la Unión Europea. Entre 2010 y 2016 el saldo migratorio de España volvió a ser negativo, invirtiéndose la tendencia a partir de 2016.

3.3 La inmigración extranjera

Desde 1995 España se ha convertido en un país de inmigración, pasando el número de extranjeros en diez años de las 500.000 personas censadas en el año citado a 4,7 millones en el 2015. A lo largo de este período se distinguen dos etapas:

a)     La etapa 1995 – 2007 de elevado crecimiento de la inmigración debida a la necesidad de mano de obra y a las regularizaciones de personas sin permiso de residencia.
b)    Desde 2008 la crisis económica ha provocado la disminución de entradas de extranjeros, ocasionando retornos de inmigrantes a sus países de origen o emigración a otros destinos.
Respecto a las características de la población emigrante:

a)     Según su situación se diferencian los extranjeros nacionalizados (españoles de pleno derecho), inmigrantes con permiso de residencia e inmigrantes irregulares («sin papeles»).

b)    Según su procedencia:
·       Inmigrantes europeos con nivel de vida medio-alto, normalmente jubilados británicos y alemanes.
·       Inmigrantes europeos con nivel de vida bajo, normalmente jóvenes atraídos por las posibilidades de encontrar trabajos como los rumanos, búlgaros o polacos.
·       Inmigrantes extracomunitarios con nivel de vida bajo, normalmente jóvenes que acuden a España por motivos económicos (búsqueda de trabajo) o políticos (persecuciones políticas, raciales o religiosas). Proceden de África (Marruecos), Iberoamérica (Ecuador, Colombia) y Asia (China, Pakistán).

4)     Estructura y composición de la población

Se denomina estructura de la población a la clasificación de los componentes de una determinada población atendiendo a diferentes variables. Las principales son las biológicas (sexo y edad) y la económica.

4.1La estructura por sexo y edad

En cuanto a la estructura por sexo, en España nacen más varones que mujeres, siendo el ratio de masculinidad de 96% de varones por cada 100 mujeres (datos de 2017), pero la mortalidad es más alta entre los varones que las mujeres, las cuales tienen una mayor esperanza de vida. Los movimientos migratorios también descompensan la sex ratio, pues la población de inmigrantes resulta abrumadoramente masculina en el caso de los de procedencia africana y europea y mayoritariamente femenina en la sudamericana y la asiática.

Respecto a la estructura por edad, en nuestro país desde el año 2000 la población anciana supera a la juvenil y en los últimos años (desde 2015) rebasa el 18%. El incremento de la población mayor se vincula con el descenso de la natalidad y la elevada esperanza de vida.

4.2 La estructura económica de la población

En nuestro país la tasa de actividad ha registrado un notable incremento con la llegada de los inmigrantes (desde finales de los noventa), pero en los últimos años (desde 2013) registra un descenso progresivo. Respecto a la tasa de desempleo, España presenta habitualmente valores muy altos respecto a otros países europeos. La crisis económica la elevó hasta cifras preocupantes, alcanzándose el 26% en el 2013. Desde entonces ha ido descendiendo.

Respecto a las divisiones profesionales. La población activa se distribuye entre los sectores económicos primario, secundario y terciario. Durante el siglo XX, España ha seguido el mismo proceso que el resto de los países desarrollados, pasando del predominio del sector primario al secundario entre 1960 y 1975 y del secundario al sector terciario a partir de 1980 (tercerización de la economía).  Esta evolución se vio frenada por la Guerra Civil y la Posguerra, período en el que la ocupación en el sector primario se recuperó y el sector secundario retrocedió.

En el período 2000 - 2007 destacó el período de auge del sector de la construcción, que se transformó en el más dinámico de la economía española. La crisis afectó con especial dureza a las empresas dedicadas a esta actividad. La recuperación se inició a partir de 2014.

Otro rasgo de la estructura económica española es la creciente incorporación de la mujer al mundo laboral, muy lento hasta el final del franquismo y acelerado desde entonces.

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El cuadro que hemos escogido para encabezar esta entrada es Plaza de Toros, cuadro que fue pintado por Ramón Casas y Carbó en 1884. Se trata de un óleo sobre lienzo de medianas dimensiones (54 x 72,5 cm) que se expone en el Museo de Montserrat, institución dependiente de la Abadía de Montserrat.

La imagen (impresionante por la calidad de la reproducción) procede de la página web del Museo:



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