TEMA 6: LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
1)
Evolución y
distribución
1.1 – Evolución
1.2 – Distribución
2)
La dinámica natural
2.1 – La natalidad y la
fecundidad
2.2 –La mortalidad y la
esperanza de vida
2.3 – El crecimiento
natural o vegetativo
3)
Los movimientos migratorios
3.1 – Las migraciones
interiores
3.2 – Las migraciones
exteriores
3.3 – La inmigración
extranjera
4)
Estructura y composición de la población
4.1 – La estructura
por sexo y edad
4.2 – La estructura
económica de la población
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1) Evolución y
distribución
1.1 – Evolución
En la evolución de
la población española se distinguen las siguientes fases:
a) El régimen demográfico antiguo
En España se prolongó hasta el siglo XIX.
Se caracterizó por un crecimiento natural muy lento debido a tasas
brutas de natalidad (35-40%) y de mortalidad (30-35%) muy altas.
b)
La transición
demográfica
Comenzó de forma clara en la segunda mitad
del siglo XIX y se prolongó hasta el último cuarto del siglo XX. Se caracterizó
por un importante crecimiento de la población, resultado del
mantenimiento de unas elevadas tasas de natalidad y una notable disminución de
la mortalidad. Más tarde, comenzaría la reducción de la natalidad, sobre todo
en las áreas urbanas.
c)
El régimen demográfico
moderno
Se inició en el último cuarto del siglo XX
y llega hasta nuestros días. Se caracteriza por un descenso de la natalidad y
la mortalidad, de modo que el crecimiento natural es muy pequeño y tiende
a cero.
1.2 –Distribución
La densidad de
población española ha ido aumentando a lo largo del tiempo hasta situarse en
los 93 h/km2 de 2017. A nivel mundial se considera una densidad
mediana, y desde luego, inferior a la media de la Unión Europea, que en el
mismo año se elevó a los 117,1 h/km2.
Evidentemente, la
densidad de población española esconde fuertes
desequilibrios espaciales entre áreas de concentración, que superan
claramente la media nacional, y áreas de despoblamiento, donde no se alcanzan
los 25 hab/km2.
El proceso
histórico iniciado por la población española en el siglo XVIII y continuado en
el siglo XIX y XX (con la década de los sesenta como aceleración y
consolidación final) nos presenta una
distribución de la población española cada vez más concentrada, ampliando
la dicotomía entre el interior semivacío y la periferia muy densa y más
urbanizada.
De esta forma, la
zona litoral, los archipiélagos balear y canario, las plazas de soberanía y,
sobre todo, la Comunidad de Madrid, se encuentran densamente pobladas. En
cambio, el interior peninsular va camino de convertirse en un área de vacío
demográfico (Comunidades de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y
Aragón).
Los rasgos
principales de la distribución espacial de la población española son los
siguientes:
- La periferia muy
poblada: todo el litoral está muy poblado, aunque hay excepciones como Lugo,
Almería, Granada o Huelva.
- El interior muy
poco poblado:
con las excepciones de las áreas
metropolitanas de Madrid, Sevilla, Valladolid y Zaragoza.
- Una población muy
urbanizada: las
áreas metropolitanas citadas concentran grandes efectivos de población, de tal
forma que los municipios medianos y pequeños que representan el 80% del
territorio, solo representan el 25% de la población.
2) La dinámica
natural
La dinámica
natural o movimiento natural de una población es la variación de la población
de un lugar que depende únicamente del comportamiento demográfico de sus
habitantes, es decir, de los nacimientos y las defunciones que se producen en
ella y que explicarían su crecimiento o decrecimiento si no existiesen
movimientos migratorios.
2.1 – La natalidad
y la fecundidad
El descenso tanto
de la natalidad como de la fecundidad se inició en España en la segunda mitad
del siglo XIX y continúa en la actualidad, aunque a un ritmo mucho más lento. El
índice sintético de fecundidad actual (1,31 hijos por mujer en 2017) impide el
reemplazo generacional, pues es inferior a 2,1. Los factores que explican esta evolución
son los cambios sociales y culturales,
la situación económica y los factores demográficos estructurales.
2.2 – La mortalidad
y la esperanza de vida
La
mortalidad inició su descenso a finales del siglo XIX, acelerándose a
principios del siglo XX. Varios factores explican esta evolución: una mejor alimentación, los avances en medicina, una mayor higiene y la disponibilidad de más recursos económicos.
Esta caída de la
mortalidad es una de las razones por la que España presenta una de las
esperanzas de vida más altas del mundo, alcanzando los 83 años. Alcanza valores
más altos en las mujeres (85 años) que en los varones (80 años).
2.3 – El
crecimiento natural o vegetativo
El crecimiento natural o vegetativo ha ido
descendiendo desde el inicio de la crisis económica en 2008 y a partir de 2015
presenta valores negativos, superando cada año al anterior. La natalidad
continúa descendiendo mientras, la mortalidad experimenta un ligero repunte.
A nivel regional
resultan patentes las diferencias entre las zonas demográficas más dinámicas (Madrid, Cataluña, Andalucía,
Murcia, los dos archipiélagos y las Plazas de Soberanía) y las zonas demográficas menos dinámicas
situadas en el cuadrante noroeste peninsular (Galicia, Asturias, Cantabria y
Castilla y León).
3) Los movimientos
migratorios
3.1 – Las
migraciones interiores
La alta natalidad
de las zonas rurales, las crisis agrarias y la incipiente mecanización de
ciertas tareas agrícolas propició desde el último tercio del siglo XIX un intenso éxodo rural, que alcanzó su
auge en los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX. En este
momento las regiones emisoras de población eran Galicia, las dos Castillas,
Extremadura Andalucía; y las receptoras, el País Vasco, Cataluña, Madrid, el
litoral levantino y los dos archipiélagos.
A partir de 1975
el éxodo rural ha perdido intensidad frente a las migraciones interurbanas. En
la actualidad las grandes ciudades se han convertido ahora en emisoras de
emigrantes a favor de los municipios de sus áreas metropolitanas.
3.2 – Las
migraciones exteriores
Desde los inicios
de la Edad Moderna hasta finales del siglo XX, en España han predominado los
movimientos de salida de población, principalmente por motivos económicos, pero
también por causas políticas
Entre mediados del
siglo XIX y 1960 predominó la emigración transoceánica hacia Cuba (española
hasta 1898), el resto de Iberoamérica, Estados Unidos y Canadá. Las colonias
francesas del Norte de África (especialmente Argelia) acogieron igualmente un
contingente importante de emigrantes españoles. Otros territorios receptores de
inmigrantes españoles fueron las Filipinas (posesión nuestra hasta 1898) y
Australia.
Entre 1960 y 1973
predominó la emigración hacia Europa (Francia, la República Federal de Alemania
y Suiza sobre todo). Con la crisis de 1973 se produjo una importante migración
de retorno.
Entre 1975 y 2010
España paso de país de emigrantes a país de inmigrantes, presentando saldo
migratorio positivo. Hasta 1994, las entradas se debieron al retorno de emigrantes
españoles. A partir de este año primó la inmigración extranjera.
La crisis
económica iniciada en 2008 ha frenado la inmigración y ha propiciado el retorno
de muchos extranjeros a sus lugares de origen y una significativa emigración de
españoles a otros países de la Unión Europea. Entre 2010 y 2016 el saldo migratorio
de España volvió a ser negativo, invirtiéndose la tendencia a partir de 2016.
3.3 – La
inmigración extranjera
Desde 1995 España
se ha convertido en un país de inmigración, pasando el número de extranjeros en
diez años de las 500.000 personas censadas en el año citado a 4,7 millones en
el 2015. A lo largo de este período se distinguen dos etapas:
a) La etapa 1995 –
2007 de elevado crecimiento de la inmigración debida a la necesidad de mano de
obra y a las regularizaciones de personas sin permiso de residencia.
b) Desde 2008 la
crisis económica ha provocado la disminución de entradas de extranjeros,
ocasionando retornos de inmigrantes a sus países de origen o emigración a otros
destinos.
Respecto a las
características de la población emigrante:
a) Según su situación
se diferencian los extranjeros nacionalizados (españoles de pleno derecho),
inmigrantes con permiso de residencia e inmigrantes irregulares («sin
papeles»).
b) Según su
procedencia:
· Inmigrantes europeos con nivel de vida medio-alto, normalmente jubilados
británicos y alemanes.
· Inmigrantes europeos con nivel de vida bajo, normalmente
jóvenes atraídos por las posibilidades de encontrar trabajos como los rumanos,
búlgaros o polacos.
· Inmigrantes extracomunitarios con nivel de vida
bajo, normalmente jóvenes que acuden a España por motivos económicos (búsqueda de trabajo) o políticos (persecuciones políticas, raciales o religiosas).
Proceden de África (Marruecos), Iberoamérica (Ecuador, Colombia) y Asia (China,
Pakistán).
4) Estructura y
composición de la población
Se
denomina estructura de la población a la clasificación de los componentes de
una determinada población atendiendo a diferentes variables. Las principales
son las biológicas (sexo y edad) y la económica.
4.1– La estructura
por sexo y edad
En cuanto a la
estructura por sexo, en España nacen más varones que mujeres, siendo el ratio de masculinidad de 96% de varones
por cada 100 mujeres (datos de 2017), pero la
mortalidad es más alta entre los varones que las mujeres, las cuales tienen
una mayor esperanza de vida. Los movimientos migratorios también
descompensan la sex ratio, pues la
población de inmigrantes resulta abrumadoramente masculina en el caso de los de
procedencia africana y europea y mayoritariamente femenina en la sudamericana y
la asiática.
Respecto a la
estructura por edad, en nuestro país desde el año 2000 la población anciana
supera a la juvenil y en los últimos años (desde 2015) rebasa el 18%. El
incremento de la población mayor se
vincula con el descenso de la natalidad y la elevada esperanza de vida.
4.2 – La estructura
económica de la población
En nuestro país la
tasa de actividad ha registrado un
notable incremento con la llegada de los inmigrantes (desde finales de los
noventa), pero en los últimos años (desde 2013) registra un descenso
progresivo. Respecto a la tasa de
desempleo, España presenta habitualmente valores muy altos respecto a otros
países europeos. La crisis económica la elevó hasta cifras preocupantes,
alcanzándose el 26% en el 2013. Desde entonces ha ido descendiendo.
Respecto a las
divisiones profesionales. La población activa se distribuye entre los sectores
económicos primario, secundario y terciario. Durante el siglo XX, España ha seguido el mismo proceso
que el resto de los países desarrollados, pasando del predominio del sector primario
al secundario entre 1960 y 1975 y del secundario al sector terciario a partir
de 1980 (tercerización de la economía).
Esta evolución se vio frenada por la
Guerra Civil y la Posguerra, período en el que la ocupación en el sector
primario se recuperó y el sector secundario retrocedió.
En el período 2000
- 2007 destacó el período de auge del sector de la construcción, que se
transformó en el más dinámico de la economía española. La crisis afectó con
especial dureza a las empresas dedicadas a esta actividad. La recuperación se
inició a partir de 2014.
Otro rasgo de la
estructura económica española es la creciente incorporación de la mujer al
mundo laboral, muy lento hasta el final del franquismo y acelerado desde
entonces.
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El cuadro que hemos escogido para encabezar
esta entrada es Plaza de Toros,
cuadro que fue pintado por Ramón Casas y Carbó en 1884. Se trata de un óleo
sobre lienzo de medianas dimensiones (54 x 72,5 cm) que se expone en el Museo
de Montserrat, institución dependiente de la Abadía de Montserrat.
La imagen (impresionante por la calidad de
la reproducción) procede de la página web del Museo:
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