sábado, 13 de diciembre de 2014

Comentarios de Obras de Arquitectura Egipcia




Carl Friedrich Heinrich Werner: Vista del Templo de Isis en Filé (1865);
Muzeum Narodowe w Warszawie   [Museo Nacional de Varsovia] (Varsovia, Voivodato de Mazovia, Polonia).

COMENTARIOS DE OBRAS DE ARQUITECTURA EGIPCIA

En el Catálogo Orientativo de Obras de Arte para las Pruebas de Acceso a la Universidad de la Ponencia de Historia del Arte de las Universidades Andaluzas, aparecen reseñadas las siguientes obras de arquitectura egipcia:

1. Pirámide escalonada de Zoser; Sakkara.
2. Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos; Guiza.
3. Templo de Amón-Ra; Karnak.
4. Templo de Amón-Min; Luxor.
5. Templo de la Reina Hatshepsut (semispeo); Deir el-Bahari.
6. Templo de Ramsés II (gran speo); Abu-Simbel.

No obstante, en los juegos de exámenes de la Selectividad de Historia del Arte de Andalucía sólo han aparecido las siguientes obras:

A.    Pirámide escalonada de Zoser; Sakkara.
B.     Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos; Guiza.
C.    Templo de Ramsés II (gran speo); Abu-Simbel.

Se incluyen los comentarios de estas tres obras. Las imágenes que ilustran los comentarios son las mismas (o muy parecidas) a las aparecidas en las pruebas.

El modelo de comentario que se sigue en cada obra intenta ajustarse a los criterios de corrección que se exigen en la selectividad de Andalucía. Concretamente se especifica que serán determinantes a la hora de calificar el empleo del vocabulario adecuado y específico, la localización (estilo, período histórico-artístico, escuela, autoría y cronología) y la contextualización (relación de la obra artística con su contexto histórico, social, político y religioso). Por lo demás, en el examen los epígrafes señalan que el alumno «clasifique y comente la imagen»

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Pirámide Escalonada de Zóser, Necrópolis de Saqqara (Egipto).

COMENTARIO DE UNA OBRA DE ARTE: PIRÁMIDE ESCALONADA DE ZÓSER

1)     IDENTIFICACIÓN

- Título de la obra: Pirámide de Zoser
- Autor: Imhotep.
- Cronología: 2665 - 2645 a. C.
- Período histórico: Primeras civilizaciones o civilizaciones hidráulicas.
- Estilo: Arte Egipcio.
- Escuela: Imperio Antiguo (2.700 – 2.200 a. C.), III dinastía (2700 - 2630 a. C.).
- Localización: Necrópolis de Saqqara.

2)     ANÁLISIS

Nos encontramos ante la vista exterior de una pirámide de enormes proporciones, bien que con una distribución armoniosa de sus volúmenes. La obra emplea como material bloques de caliza silícea, extraídos de canteras próximas, unidos con argamasa; el exterior se revistió con piedra caliza, de grano fino, de un espesor medio de dos metros.

La estructura del edificio presenta una gran simplicidad: se trata de seis troncos de pirámides superpuestos de tamaño decreciente, sin rampas, vanos, contrafuertes ni ningún elemento constructivo destacable. El interior es completamente macizo, porque de otra forma peligraría la estabilidad del edificio.

La Pirámide de Saqqara es de planta ligeramente rectangular; los lados de su base miden 121 por 109. Se eleva hasta alcanzar los 60 metros de altura.

La tumba del faraón se encuentra bajo la pirámide, en estancias subterráneas. En concreto, la cámara del sarcófago de Zoser se encuentra al fondo de un pozo vertical, de 28 m. de profundidad. De ella parte un laberinto de corredores y habitaciones, en parte inacabado, sin parangón en ninguna otra pirámide del Imperio Antiguo.

Al igual que otras pirámides, esa edificación estaba asociada a otras construcciones de carácter funerario. En el caso que comentamos, nos encontramos ante un monumental complejo. El conjunto arquitectónico estaba rodeado por una muralla de piedra realzada con contrafuertes y bastiones y decorada con falsas puertas. En su interior destaca un amplio patio, una serie de edificios con cuidadas fachadas, pero con el interior completamente macizo y un intrincado sistema de galerías subterráneas y almacenes. Se trataba de una imitación de la residencia real de Menfis, bien que la original estaba realizada en adobe, madera y materiales perecederos, mientras que el simulacro empleó la piedra como elemento de construcción.

Saqqara forma parte de la inmensa necrópolis de Menfis, que se extendía a lo largo de más de 30 kilómetros al oeste de la capital del imperio y que agrupa los conjuntos funerarios (ordenados de norte a sur) de Abu Rawash, Guiza, Zauiyet el Aryan, Abu Gorab, Abusir, Saqqara y Dashur. A veces se incluye en este conjunto, el yacimiento de Meidum, aunque propiamente no pertenece a la necrópolis menfita.

El diseño de la pirámide experimentó transformaciones sustanciales a lo largo de sus obras. Primeramente se edificó una mastaba que se amplió en dos ocasiones y, posteriormente, se alzó una pirámide escalonada sobre ella que quedó integrada en la actual, más alta y ancha. Por tanto se distinguen cinco fases constructivas, o más bien seis, pues se incorporaron las tumbas de la familia real y se inició el complejo funerario.

Recordemos que los antiguos egipcios creían en la vida de ultratumba, existencia que quedaba garantizada si el cadáver se conservaba seguro. Se enterraba a los muertos con ajuares funerarios para que nada les faltara en la otra vida y además se les destinaban ofrendas. Estas creencias explican la importancia que concedieron a sus tumbas.

En cuanto a su interpretación religiosa, la pirámide por una parte recuerda al túmulo, evocando la piedra o colina que emergió de las aguas primordiales, y al mismo tiempo, presenta un simbolismo ascensional, como de escalera hacia el cielo. Se vincula a las creencias de los sacerdotes de Heliópolis según las cuales el faraón, a su muerte, se reunía o quizás de identificaba con la divinidad solar Ra.

Se comprende que el culto al Astro Rey y la veneración hacia l Faraón estaban unidos de forma indisoluble. Cuando sobrevino la crisis religiosa que los disoció, se extinguió la cuarta dinastía, los templos solares se construyeron en un lugar distinto a las pirámides y éstas presentaron dimensiones cada vez más exiguas y materiales más deleznables.

Constructivamente, las pirámides se originan a partir de las mastabas, tumbas prismáticas en forma de banco. De hecho la pirámide que comentamos no es otra cosa que seis mastabas superpuestas. Posteriormente se edificaron pirámides acodadas en las que las caras están conformadas con dos pendientes, de inclinación decreciente, y, más tarde, se erigieron las pirámides llamadas clásicas de caras lisas y de inclinación uniforme.

Antiguamente se creía que las pirámides fueron levantadas por esclavos, pero hoy sabemos que se edificaban por hombres libres, normalmente campesinos que se encontraban desocupados en la estación de la crecida del Nilo. Esto explica que su construcción se prolongase durante todo el reinado del faraón. Obviamente, el monarca encargaba el monumento y destinaba grandes recursos para que la obra llegara a buen término.

Se ha conservado el nombre de algunos de los arquitectos de las pirámides, pero parece que se trataba más bien del visir o primer ministro del faraón, puesto que la organización de las obras requería tanta atención como la propia construcción. Recordemos que los artistas en Egipto, como en el resto de civilizaciones antiguas, se le consideraba un artesano más y carecía de toda consideración social. El constructor de esta pirámide, Imhotep, fue visir del faraón, sumo sacerdote de Heliópolis y escritor. Posteriormente recibió culto como deidad de la medicina y la sabiduría.

3)     CONTEXTUALIZACIÓN

El arte egipcio está dominado por la preocupación de la vida de ultratumba y por la necesidad del culto a los dioses cuyo último descendiente es el faraón reinante. Por ello buscan la eternidad y el colosalismo en sus realizaciones arquitectónicas y la majestuosidad en sus imágenes mediante una serie de fórmulas fijas (frontalidad, inmovilidad, hieratismo…). La preponderancia de lo sobrenatural y de lo sagrado, sumado al poder absoluto del faraón, explican que el arte egipcio rehúya la innovaciones y que evolucione muy lentamente.

El marco geográfico del arte egipcio es el valle del Nilo. Su cronología se desarrolla entre el 3000 y el 500 a. C., En su evolución temporal destacan las siguientes fases:

- El Imperio Antiguo (2.700 – 2.200 a. C.).
- El Imperio Medio (2.000 – 1750 a. C.).
- El Imperio Nuevo (1.550 – 1.070 a. C.).

La civilización egipcia tenía su base en la agricultura, por lo que su supervivencia dependía de la crecida del Nilo. Se trataba de una sociedad fuertemente jerarquizada, muy inmovilista y en la que el monarca, el faraón, detentaba un poder absoluto. El arte egipcio se convirtió en un eficaz vehículo de la autoridad del faraón y de las peculiares creencias religiosas de este pueblo.

El Imperio Antiguo (2700-2200 a.C.) se desarrolla entre la III y la VI Dinastías. La capital se situaba en el norte, en Menfis, y los monarcas mantuvieron un poder absoluto sobre un gobierno sólidamente unificado. Éste había evolucionado hacia un sistema teocrático, en donde el faraón era considerado un dios en la tierra, por lo que gozaba de un poder absoluto. Muestra del poder real es la construcción de las grandes pirámides de Saqqara y Gizá, obra de los faraones de la III y IV dinastía.

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Vista aérea de las Pirámides de Guiza  (Guiza, Egipto).

COMENTARIO DE UNA OBRA DE ARTE: PIRÁMIDES DE GUIZA

1)     IDENTIFICACIÓN

- Título de la obra: Pirámides de Guiza.
- Autores: Desconocido.
- Cronología: 2.589 – 2.500 a. C.
- Período histórico: Primeras civilizaciones o civilizaciones hidráulicas.
- Estilo: Arte Egipcio.
- Escuela: Imperio Antiguo (2.700 – 2.200 a. C.), IV dinastía (2630 – 2500 a. C.).
- Localización: en la meseta de Guiza, a unos 20 km. de El Cairo, Egipto. 

2)     ANÁLISIS

 La imagen nos muestra una vista aérea de la necrópolis de Guiza en la que destacan las tres grandes pirámides (La de Micerinos en primer plano, la de Kefrén en el centro y la de Keops al fondo). También se observan tres pirámides secundarias y otros enterramientos.  El nombre de los arquitectos se desconoce, bien que se ha identificado al visir o responsable de las obras de la Gran Pirámide: Hemon o Hemiunu.

Las pirámides principales presentan unas dimensiones colosales. La de Micerinos (en egipcio Menkaura) se elevaba hasta los 66 metros (reducidos hoy a 61), la de Kefrén (Jafra) se alzaba hasta los 143 metros (actualmente 136) y la de Keops (Khufu) superaba la cota de los 146 metros (136 metros en la actualidad).

Como se observa en la fotografía, la de Kefrén parece ser la mayor. Este efecto es debido a que se encuentra situada en un nivel más alto de la meseta, y a que presenta un ángulo más inclinado en sus caras. También se puede comprobar que esta pirámide conserva su cúspide, mientras que la de Keops se ha desmoronado. Por ello, actualmente la más alta es la pirámide de Kefrén.

Aunque mucho menores (unos 9 metros de altura), las pirámides satélites o subsidiarias muestran un tamaño, cuando menos, respetable. Señalar que aunque se comprueban notables deterioros, el conjunto se mantiene en buen estado de conservación.

Según se observa en la fotografía, las pirámides mayores y una de las subsidiarias pertenecen al tipo denominado «clásico», con las caras lisas y una inclinación uniforme. Las dos pirámides secundarias restantes se clasifican como «escalonadas», presentando cuatro pisos, bien que la del extremo izquierdo ha perdido el nivel superior. Al fondo se observan una serie de restos de enterramientos. Se trata de mastabas, esto es sepulturas de planta rectangular y estructura trapezoidal que albergaban una cámara subterránea.

En las pirámides se empleó como material de construcción bloques de piedra esmeradamente cortados y pulidos. Se hallan colocados a hueso, esto es sin emplear argamasa. Para el relleno se recurrió a piedra caliza extraída de la propia meseta de Guiza. Para el recubrimiento exterior y las paredes de los pasillos y cámaras se escogió caliza de las canteras de Tura (emplazada a unos 13 kilómetros de distancia) y con granito rosado y rojo procedente de Asuán (situado a unos 850 kilómetros de distancia).

En su estructura interna la pirámide de Keops alberga tres cámaras: una subterránea a la que conduce un pasaje descendente y que quedó inconclusa; la cámara de la reina, situada entre la base y el centro de la pirámide, y que fue usada para guardar la figura del faraón, la sede del ka. Finalmente se llega a la cámara del Rey en la que se depositó el sarcófago y que se halla emplazada en el corazón del monumento. Las dos últimas cámaras están comunicadas por un corredor ascendente llamado la Gran Galería.

La pirámide de Kefrén presenta una distribución más sencilla, con un corredor que desciende hacia una cámara subterránea y luego vuelve a subir para llegar a la cámara funeraria situada en la base del monumento.
Por su parte, la pirámide de Micerinos consta de una antecámara y de una cámara funeraria situadas en la base de la construcción, y el correspondiente pasaje descendente. Existe un corredor que parte de la antecámara y que se eleva hasta el corazón de la pirámide, pero esta obra fue abandonada.

En cuanto a su interpretación religiosa, la pirámide por una parte recuerda al túmulo, evocando la piedra o colina que emergió de las aguas primordiales, y al mismo tiempo, presenta un simbolismo ascensional, como de escalera hacia el cielo. Se vincula a las creencias de los sacerdotes de Heliópolis según las cuales el faraón, a su muerte, se reunía o quizás de identificaba con la divinidad solar Ra. Se comprende que el culto al Astro Rey y la veneración hacia l Faraón estaban unidos de forma indisoluble. Cuando sobrevino la crisis religiosa que los disoció, se extinguió la cuarta dinastía, los templos solares se construyeron en un lugar distinto a las pirámides y éstas presentaron dimensiones cada vez más exiguas y materiales más deleznables.

Como se observa en la imagen, las pirámides estaban acompañadas por otras construcciones:

-         Templo del Valle: Construido junto al Nilo, era el lugar donde se recibía a la momia del faraón.
-         Calzada: Camino que comunicaba el templo del valle con la pirámide.
-         Templo funerario: Servía para realizar rendir culto permanente al faraón.
-         Pirámides de las reinas o pirámides subsidiarias para los familiares del faraón.
-         Mastabas de cortesanos y altos funcionarios.

Hay que sumar la Esfinge de Guiza, montículo esculpido y cuyo rostro parece ser el de Kefrén, las murallas que acotaban el recinto de cada pirámide y, por último, espacios diferenciados para artesanos, constructores, sacerdotes y el cuerpo de guardia, con sus almacenes correspondientes. La necrópolis de Guiza, por tanto, es un conjunto arquitectónico para vivos y muertos, con las dimensiones y el planteamiento urbanístico de una ciudad de medianas dimensiones.

Guiza forma parte de la inmensa necrópolis de Menfis, que se extendía a lo largo de más de 30 kilómetros al oeste de la capital del imperio y que agrupa los conjuntos funerarios (ordenados de norte a sur) de Abu Rawash, Guiza, Zauiyet el Aryan, Abu Gorab, Abusir, Saqqara y Dashur. A veces se incluye en este conjunto, el yacimiento de Meidum, aunque propiamente no pertenece a la necrópolis menfita.

3)     CONTEXTUALIZACIÓN

El arte egipcio está dominado por la preocupación de la vida de ultratumba y por la necesidad del culto a los dioses cuyo último descendiente es el faraón reinante. Por ello buscan la eternidad y el colosalismo en sus realizaciones arquitectónicas y la majestuosidad en sus imágenes mediante una serie de fórmulas fijas (frontalidad, inmovilidad, hieratismo…). La preponderancia de lo sobrenatural y de lo sagrado, sumado al poder absoluto del faraón, explican que el arte egipcio rehúya la innovaciones y que evolucione muy lentamente.

El marco geográfico del arte egipcio es el valle del Nilo. Su cronología se desarrolla entre el 3000 y el 500 a. C., En su evolución temporal destacan las siguientes fases:

- El Imperio Antiguo (2.700 – 2.200 a. C.).
- El Imperio Medio (2.000 – 1750 a. C.).
- El Imperio Nuevo (1.550 – 1.070 a. C.).

La civilización egipcia tenía su base en la agricultura, por lo que su supervivencia dependía de la crecida del Nilo. Se trataba de una sociedad fuertemente jerarquizada, muy inmovilista y en la que el monarca, el faraón, detentaba un poder absoluto. El arte egipcio se convirtió en un eficaz vehículo de la autoridad del faraón y de las peculiares creencias religiosas de este pueblo.

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Fachada del Gran Speo de Abu Simbel (Abu Simbel, Nubia).

COMENTARIO DE UNA OBRA DE ARTE: EL GRAN SPEO DE ABU SIMBEL

1)     IDENTIFICACIÓN

- Título de la obra: Gran Speo de Abu Simbel
- Autor: Desconocido.
- Cronología: 1244 a. C.
- Período histórico: Imperio Nuevo (1.550 – 1.070 a. C.), XI dinastía (1295 – 1186 a. C.).
- Estilo: Arquitectura Egipcia.
- Escuela: Imperio Nuevo ((1.550 - 1070 a. C.)
- Localización: Abu Simbel, Nubia (Sur de Egipto).

2)     ANÁLISIS

Nos encontramos ante la fachada de un templo egipcio. Se trata de una obra de enorme dimensiones, bien que con una cuidada disposición de sus volúmenes. Aunque se observa importantes deterioros, el estado de conservación se puede considerar como muy bueno.

La fachada se encuentra rehundida en el frente de un acantilado, lo que revela que no se edificó, sino que se esculpió directamente en la roca, de tal forma que su material constructivo más que piedra, es realmente hueco. Este tipo de arquitectura se conoce como «arquitectura rupestre» o «arquitectura troglodítica» y se considera una combinación de arquitectura y de escultura, tanto en su planteamiento como en su técnica.  Así no se añaden elementos, sino que se excavan o retiran, de forma semejante a como trabaja un escultor. Igualmente, y a diferencia de las técnicas constructivas usuales, la obra se empieza desde la cúspide y se progresa hasta el suelo. 

Conviene recordar que estos monumentos, como todas las obras de la antigüedad, se cubrían con un enlucido y se policromaban con vivos colores.

La obra forma parte del conjunto de siete templos erigidos en Nubia, al sur de Egipto, entre la primera y la segunda catarata de Nilo. Este territorio se encontraba en la frontera meridional de los dominios del faraón y se cree que, aparte de motivaciones religiosas, el propósito del templo era impresionar a las tribus rebeldes y reforzar la influencia egipcia en la región. Se sabe que fue mandada construir por el faraón Ramsés II, de la XIX dinastía, tal vez como conmemoración de su triunfo en la batalla de Kadesh. En su construcción se siguió el esquema de los speos o templos enteramente subterráneos. Consta que las obras se prolongaron durante veinte años (1264 – 1244 a. C.). El devastador terremoto de 1210 a. C. es el responsable del derribo de unos de sus colosos.

La fachada reproduce, en parte, el frontispicio de los templos egipcios. Sus dimensiones son 33 metros de altura por 38 metros de ancho. Los cuatro colosos (unos 20 metros de altura) representan a Ramsés II, sentado en un trono con la doble corona del Alto y Bajo Egipto. A los pies de estas efigies hay otras estatuas, de mucha menor altura, que representan a su esposa favorita Nefertari, la reina madre Tuya y a parte de la numerosa descendencia del faraón.

Entre los colosos se abre una monumental entrada adintelada.  Por encima de ella se abrió una gran hornacina con la estatua erguida de Ra-Horajti, deidad solar con cabeza de halcón. Esta imagen se halla flanqueada por dos efigies, en bajorrelieve, que muestran a Ramsés II en actitud orante. Por último, a manera de cornisa, la fachada está coronada por dos frisos de jeroglíficos y una hilera de 22 babuinos.

La parte interior del templo presenta, igualmente, una disposición similar a la de los templos, con habitaciones de tamaño decreciente a medida que se acercan al santuario. Estas estancias son la sala hipóstila, el vestíbulo, la sala de las ofrendas y el santuario.

En la sala hipóstila  destacan los ocho grandes pilares osiriacos y los bajorrelieves dedicados a las campañas militares desarrolladas durante el reinado de Ramsés II. Las más conocidas son las escenas referidas a la batalla de Qadesh, librada junto al río Orontes en Siria. En este histórico combate el faraón derrotó a los hititas.  Otros relieves muestran triunfos sobre los libios y los nubios.  

A continuación se dispuso una segunda sala, el vestíbulo, con cuatro pilares decorados con imágenes en relieve de distintos dioses. Esta sala se comunica a través de tres puertas con una angosta estancia que servía de sala de ofrendas. Mediante otras tres puertas, alineadas con las anteriores, se accede a dos reducidas capillas y al santuario o sancta sanctorum, emplazado en el eje longitudinal del monumento, Allí se encuentran las esculturas talladas en la roca de cuatro figuras sentadas: Ra-Horajti, el deificado Ramsés, y los dioses Amón y Ptah. Se comprende que estas deidades, y el propio Ramsés, eran los titulares del templo.

El templo fue construido con tal orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero, al amanecer, los rayos del sol naciente cruzaban la puerta, la sala hipóstila, el vestíbulo y llegaba al santuario, iluminando durante unos minutos a las estatuas sedentes, excepto la efigie del dios Ptah, dios vinculado a las tinieblas.

Por último, existen una serie de alargadas estancias laterales, a las que se accede desde la sala hipóstila. A la derecha se encuentran cuatro habitaciones y a la izquierda solamente dos, pues la obra quedó inconclusa. Se supone que estas salas sirvieron como habitaciones auxiliares del templo, como depósitos de los objetos del culto. Con todo, algunos especialistas creen que pudieron servir de capillas.

La obra que comentamos estaba asociado a otro speo con el que formaba un complejo. Esta segunda obra es conocida como «el templo menor» porque sus proporciones son más reducidas y su distribución interior resulta más sencilla. Está dedicado a la diosa Hathor y a Nefertari, la esposa favorita de Ramsés.

Se desconoce cuando estos monumentos fueron abandonados. Su excelente estado de conservación se debe a que la arena acabó por cubrirlos en su mayor parte. Abu Simbel quedó completamente olvidado hasta que en 1813 el suizo Johann Ludwig Burckhardt lo descubrió. Cuatro años más tarde el explorador italiano Giovanni Belzoni despejó la entrada y pudo acceder al interior. Con todo, las célebres acuarelas del pintor escocés David Roberts muestran que en 1838 el templo continuaba prácticamente sepultado bajo la arena.

Como es conocido, estos templos fueron desmontados y reconstruidos entre 1964 y 1968 en un nuevo emplazamiento para que no quedara sumergido bajo las aguas de la presa de Asuán. La nueva ubicación se situaba a unos 210 metros más allá del río y 65 metros más arriba respecto al solar original.

3)     CONTEXTUALIZACIÓN

El arte egipcio está dominado por la preocupación de la vida de ultratumba y por la necesidad del culto a los dioses cuyo último descendiente es el faraón reinante. Por ello buscan la eternidad y el colosalismo en sus realizaciones arquitectónicas y la majestuosidad en sus imágenes mediante una serie de fórmulas fijas (frontalidad, inmovilidad, hieratismo…). La preponderancia de lo sobrenatural y de lo sagrado, sumado al poder absoluto del faraón, explican que el arte egipcio rehúya la innovaciones y que evolucione muy lentamente.

El marco geográfico del arte egipcio es el valle del Nilo. Su cronología se desarrolla entre el 3000 y el 500 a. C., En su evolución temporal destacan las siguientes fases:

- El Imperio Antiguo (2.700 – 2.200 a. C.).
- El Imperio Medio (2.000 – 1750 a. C.).
- El Imperio Nuevo (1.550 – 1.070 a. C.).

La civilización egipcia tenía su base en la agricultura, por lo que su supervivencia dependía de la crecida del Nilo. Se trataba de una sociedad fuertemente jerarquizada, muy inmovilista y en la que el monarca, el faraón, detentaba un poder absoluto. El arte egipcio se convirtió en un eficaz vehículo de la autoridad del faraón y de las peculiares creencias religiosas de este pueblo.

En el Imperio Nuevo (1.550 – 1.070 a. C.) Egipto rompe su aislamiento tradicional y mantiene una activa política exterior que le hace llevar sus fronteras hasta Nubia y Siria. Es el periodo de construcción de los grandes templos de Luxor y Karnak en Tebas. En el devenir de este período destaca la figura del faraón Amenofis IV – Akenatón, que intentará cambiar la religión politeísta por un culto monoteísta al dios Atón. Esta revolución religiosa careció de continuidad y sus sucesores reinstauraron los dioses y rituales tradicionales.

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La pintura que preside esta serie de comentarios es Vista del Templo de Isis en Filé del alemán Carl Friedrich Heinrich Werner. Se trata de una acuarela sobre cartón pintada en 1865. A no dudar se trata de una vista tomada del natural. Las medidas de esta pintura son 37.2 × 64.3 cm.

La acuarela se encuentra firmada y fechada en el extremo inferior derecho: C.Werner. Philae 21 Jan. 1865.

La obra pertenece a la colección del Muzeum Narodowe w Warszawie   [Museo Nacional de Varsovia] (Varsovia, Voivodato de Mazovia Polonia). Consta que entre 1880 y 1945 figuró entre los fondos del desaparecido Schlesisches Museum der bildenden Künste (Museo de Bellas Artes de Silesia) de Breslau / Breslavia, cuando esta ciudad pertenecía a la Silesia Alemana (rebautizada como Alta Silesia entre 1919 y 1938). Tras la Segunda Guerra Mundial, la región pasó a Polonia y la ciudad fue rebautizada como Wroclaw. Por su parte, el museo había sido completamente arruinado en el asedio de la ciudad en 1945 por las tropas soviéticas. Al año siguiente el cuadro pasó a la colección del Museo Nacional de Varsovia, donde actualmente se conserva.

La imagen procede de la Wikipedia:


La historia de la pintura procede del catálogo virtual del museo:


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La imagen de la Pirámide de Zoser procede de la página siguiente:


La imagen de las Pirámides de Guiza procede de la página siguiente:



La fotografía de Abu Simbel presenta la siguiente procedencia: