TEMA 7: EL
ESPACIO URBANO
1)
El sistema de ciudades en España
1.1 – Jerarquía
1.2 – Funciones
1.3 –Zonas de
influencia
2)
Principales áreas y ejes urbanos
2.1 – Áreas urbanas
2.2 – Ejes urbanos
3)
La estructura y el plano de la ciudad
3.1 – Los usos del
suelo de la ciudad preindustrial
3.2 – Los usos del
suelo de la ciudad industrial
3.3 – Los usos del
suelo de la ciudad postindustrial
3.4 – El plano de la
ciudad
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1)
El sistema interurbano: jerarquía, funciones y zonas de influencia
Las ciudades
constituyen un sistema, la red urbana, que cumple un destacado papel en la
organización del espacio. El sistema de ciudades está formado por unos
elementos (las ciudades), y por las relaciones que se establecen entre ellas.
Las ciudades tienen unas características (tamaño y funciones), a partir de las
cuales ejercen su influencia sobre un área más o menos amplia (local, regional,
nacional o mundial) y ocupan una posición jerárquica dentro del sistema urbano.
1.1 – La jerarquía
urbana
El tamaño demográfico, las funciones y la extensión del
área de influencia dan lugar a una organización jerárquica del sistema de
ciudades. Las categorías son las siguientes:
a)
Las
metrópolis nacionales Madrid y
Barcelona y sus áreas metropolitanas. Su población supera los 4 millones de
habitantes. Su área de influencia se extiende por todo el territorio nacional y
se encuentran estrechamente relacionadas con otras metrópolis mundiales,
actuando como enlace entre el sistema urbano europeo y global, y el español y
local.
b)
Las
metrópolis regionales son las
áreas metropolitanas de Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza. Tienen
una población entre 1,5 millones y 500 000 habitantes. Su área de influencia es
regional y mantienen relaciones intensas con las metrópolis nacionales.
c)
Las
metrópolis subregionales o regionales de segundo orden. Son ciudades como Valladolid, Oviedo, Murcia, Alicante, A
Coruña, etc. Tienen una población entre 500 000 y 250 000 habitantes. Su área
de influencia se circunscribe al ámbito de una comunidad autónoma.
d) Ciudades medias. La mayoría son capitales de provincia
no incluidas en los apartados anteriores. Su población está entorno a
los 250 000-50 000 habitantes. Su área de influencia es provincial.
e) Ciudades pequeñas o villas. Tienen una población de menos de 50
000 habitantes, como Soria, Terual Astorga, Écija, etc. Su área de influencia se
extiende a la comarca o partido judicial del que son la población más
importante y el principal nodo de la redes de transporte.
1.2 – Funciones
Las funciones
que realizan son otro de los factores que determina la posición de las ciudades
en el sistema urbano. Entendemos por funciones las actividades
socio-económicas que desempeñan las ciudades hacia el exterior, no las
encaminadas al servicio interno de la ciudad. De acuerdo con su función, las
ciudades pueden clasificarse en diversos tipos:
a) Ciudades primarias. Tienen una especialización en
actividades del sector primario. Destacan por su importancia las agrociudades
andaluzas, manchegas, murcianas y levantinas, y las ciudades mineras, como
muchas asturianas.
b) Ciudades secundarias. En unos casos están
especializadas en la industria, como las primeras ciudades que se incorporaron
a la revolución industrial (en el País Vasco, Cataluña y Asturias). En otros
casos están especializadas en la construcción, como ocurre con ciudades de gran
dinamismo económico y demográfico, o muy afectadas por el turismo.
c) Ciudades terciarias. Están especializadas en servicios, que
son las actividades que mejor definen el rango de una ciudad y su papel
organizador del espacio, como las grandes metrópolis nacionales. Estos
servicios pueden ser comerciales, administrativos, culturales, sanitarios,
religiosos o turísticos.
1.3 – Zonas de
influencia
Por las
funciones que desempeñan hacia el exterior, se consideran las ciudades como lugares
centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos
extensa, denominada hinterland o área
de influencia. Esta será mayor cuanto más diversas y especializadas sean
las funciones urbanas. El alcance del área de influencia urbana puede
modificarse en función de los cambios económicos y de la dotación de medios de
transporte y comunicación.
De acuerdo con
los modelos teóricos establecido por el geógrafo alemán Christaller en 1933, la
Península Ibérica presentaría un sistema de asentamientos equilibrado, bien que
habría que deformar la malla hexagonal que este geógrafo establece en torno a
los núcleos de población considerados como lugares centrales. Así Madrid ocuparía el puesto de lugar
central y principal y los núcleos que le siguen en influencia situados en la
periferia trazarían el hexágono (Barcelona, Valencia, Sevilla, Lisboa, La Coruña y Bilbao). A una
distancia intermedia se encuentran las ciudades de rango medio (Burgos, Zaragoza,
Murcia, Granada, Córdoba y Salamanca).
2)
Principales áreas y ejes urbanos
2.1 – Áreas urbanas
El tamaño
demográfico de las ciudades es una de las bases de la jerarquía urbana. Se
establece de acuerdo con la regla rango-tamaño, que relaciona la población de
una ciudad y su rango (número de orden) en el sistema urbano.
En España
destacan siete áreas metropolitanas, que superan el medio millón de habitantes.
De ellas, Madrid es la que cuenta con mayor población y preside el sistema. Barcelona tiene un tamaño
mucho mayor del que suele corresponder a la segunda ciudad de un sistema
nacional, de modo que se produce un brusco salto entre ella y la tercera
aglomeración del sistema, Valencia. A esta le siguen en tamaño Sevilla,
Bilbao, Málaga y Zaragoza. Tras ellas, existe un elevado número de ciudades
con población entre 300 000 y 400 000.
2.2 – Ejes urbanos
El crecimiento de
las áreas metropolitanas ha contribuido a la configuración de ejes
territoriales, surgidos como líneas de contacto entre ellas, en los que se
concentra la población y la actividad económica. Al localizarse las principales
ciudades en la periferia, salvo Madrid, estos ejes son principalmente
periférico.
-
El eje
gallego está integrado por el eje atlántico de
Galicia y las ciudades interiores que dependen de él (Orense y Lugo).
-
El eje
cantábrico comprende el triángulo asturiano
(Oviedo-Gijón-Avilés), el País Vasco y Pamplona y las ramificaciones hacia el
interior (León, Burgos y Logroño, respectivamente).
-
El eje
mediterráneo o levantino se
extiende desde Gerona a Cartagena. Está plenamente consolidado y el que
presenta el mayor dinamismo, vinculándose al conjunto urbano del litoral
mediterráneo (Marsella, Niza, Milán)…
-
El eje
andaluz se dispone a lo largo de dos corredores
el valle del Guadalquivir (desde la costa atlántica a Jaén) y el litoral
mediterráneo (desde Almería a Huelva).
-
El eje del
valle del Ebro funciona como corredor
de comunicaciones entre el Cantábrico y el Mediterráneo, y tiene como ciudad
principal a Zaragoza.
3) La estructura
urbana: los usos del espacio en el interior de la ciudad
La estructura
urbana es la organización de la ciudad en diferentes áreas caracterizadas por
su morfología y funciones. Como resultado del largo proceso de urbanización, la
ciudad española actual tiene una estructura compleja, en la que se suelen
diferenciarse el casco antiguo, correspondiente a la urbanización
preindustrial; el ensanche de la época industrial; y la periferia actual a la época posindustrial. En
cada una de estas áreas se dan diferentes usos del suelo.
3.1 – Los usos del
suelo de la ciudad preindustrial
El casco antiguo comprende la parte urbanizada desde el origen de la
ciudad hasta el inicio de la industrialización a mediados del siglo XIX. Por
tanto, corresponde a la ciudad preindustrial. Suele ocupar una superficie
reducida de la ciudad actual, pero tiene un importante valor por su legado
artístico y cultural.
Por su larga historia, que se extiende
desde el nacimiento de la ciudad hasta la actualidad, el casco antiguo acumula
elementos muy dispares.
a)
En el
periodo preindustrial los usos del suelo eran diversos (multifuncionalidad):
con las viviendas se entremezclan talleres, comercios, almacenes y edificios
públicos. Este hecho no impedía una cierta especialización en barrios para los
distintos gremios de artesanos y comerciantes.
b)
En el
periodo industrial los usos del suelo del casco antiguo experimentaron una
progresiva tercerización que consolidó al casco antiguo como centro comercial y
de negocios de la ciudad. El resultado fue el desplazamiento de los usos
residenciales; un creciente saturación por la confluencia diaria de personas y
de tráfico; y el deterioro de los edificios.
c)
En el
periodo posindustrial se acentúa la perdida de multifuncionalidad del casco
antiguo. Sus barrios más deteriorados pierden usos tradicionales, como el comercio
de artículos cotidianos o los pequeños talleres.
3.2 – Los usos del
suelo de la ciudad industrial
Entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, las
ciudades que implantaron industrias atrajeron a una numerosa población
campesina y se extendieron en superficie. Para ello, derribaron en muchos casos
las murallas preindustriales, cuya función defensiva había quedado anulada por
los progresos de la artillería. Su lugar fue ocupado por pases de ronda o
bulevares, que diferencian el casco antiguo de la nueva ciudad. En ella se
crearon ensanches para los burgueses y barrios industriales y obreros.
a)
En el ensanche
burgués
el uso del suelo fue inicialmente residencial
burgués debido a los altos precios de solares e inmuebles.
b)
En los barrios
obreros
los usos del suelo entremezclaron residencias obreras, industrias, talleres y
almacenes. Las infraestructuras fueron escasas, por lo que estos barrios se
convirtieron en focos de enfermedades infecciosas y de descontento social.
3.3 – Los usos del
suelo de la ciudad posindustrial
La periferia es la franja externa de la
ciudad correspondiente a la expansión urbana entre el segundo tercio del siglo
XX y la actualidad.
a) En el periodo 1930-1955 la expansión urbana fue poco significativa a causa
de la dificultades políticas y económicas (Guerra Civil, Posguerra…). El sector
inmobiliario entró en crisis y la escasa actividad edificatoria se debió a la
promoción oficial y a la autoconstrucción.
b) En el periodo 1955-1975 el crecimiento urbano fue
compacto y denso y se caracterizó por la zonificación o constitución de áreas
con diferentes usos del suelo contiguas, pero mal comunicadas entre sí y con el
centro por la ausencia de infraestructuras adecuadas.
c) A partir de 1975 la periferia se extiende
más allá del continuo edificado por áreas periurbanas o rururbanas, de límites
imprecisos entre el campo y la ciudad. Adopta un modelo disperso, conocido como
“ciudad difusa” o “ciudad dispersa”, que se caracteriza por la baja densidad de
la urbanización y la zonificación en áreas con diferentes usos del suelo.
3.4 – El Plano
Urbano
La forma del plano es el resultado del
emplazamiento (terraza fluvial, colina, valle, frente marítimo…), de
concepciones urbanísticas que se suceden a través del tiempo y de factores históricos, económicos, políticos
y religiosos.
Debido a su larga
historia, las ciudades españolas tienen dos partes bien diferenciadas: la ciudad compacta, anterior a los años
cincuenta del siglo pasado, y la ciudad
difusa, que corresponde a los modelos urbanos de la ciudad funcional y la
ciudad posindustrial.
El plano de la ciudad compacta está
integrada `por los siguientes elementos:
§ El núcleo fundacional, de trazado regular
en las ciudades de origen romano (Zaragoza, Mérida) y en las bastidas
medievales (Castellón de la Plana); de trazado radiocéntrico en las ciudad
medievales surgidas en cruces de caminos o en torno a un castillo, monasterio o
plaza de mercado (Santiago de Compostela, Vitoria) y de trazado irregular en las ciudades creadas
o reedificadas bajo dominio islámico (Toledo, Córdoba).
§ Las ampliaciones renacentistas y barrocas,
constituidas por planos en damero animados por alamedas, paseos y vías en forma
de pata de oca, a menudo con puertas monumentales y fuentes. Madrid, Aranjuez o
Sevilla se consideran las muestras más relevantes.
§ Los ensanches de los siglos XIX y XX, con
calles que se cortan en ángulo recto y, en ocasiones, avenidas, bulevares y
manzanas con esquinas achaflanadas. El plan Cerdá de la ciudad de Barcelona se
considera el ejemplo más representativo.
En la
primera mitad de siglo XX se construyen las siguientes partes, que actúan como
bisagra entre la ciudad compacta y la ciudad difusa:
§ Los barrios de crecimiento espontáneo, a lo
largo de antiguas carreteras por donde discurrían las líneas de tranvías en el
pasado.
§ Colonias de ciudades jardín.
El plano de la ciudad difusa combina
trazados irregulares, en los barrios de crecimiento espontáneo o construidos
según el modelo de ciudad funcional, donde dominan “orden abierto” y el “viario
jerarquizado”, y trazados regulares en las ampliaciones (“neoensanches” de la
ciudad posindustrial).
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La obra que hemos escogido como
encabezamiento es una estilizada panorámica de Ronda titulada Ciudad
Española [Spanish Town]. Su autor es el pintor inglés Hugh Gresty. Se trata de un óleo sobre lienzo de
medianas dimensiones (80 x 94 cm) que se conserva en la Manchester Art Gallery
(Inglaterra, Reino Unido).
Los datos y la imagen proceden de la página
web del museo:
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